Una poderosa herramienta para hacer un cambio de hábito es la prueba de los 30 días.
Digamos que deseas comenzar un nuevo hábito, como empezar a hacer ejercicio o dejar de fumar. Todos sabemos que empezar y quedarse con el nuevo hábito durante unas semanas es la parte difícil. Una vez que hayas superado la inercia, es mucho más fácil seguir adelante.
Sin embargo, a menudo empezamos pensando en el cambio como algo permanente, antes de que hayamos comenzado. Parece demasiado abrumador pensar en hacer un gran cambio y que te quedarás pegado a él el resto de tu vida cuando todavía estás habituado a hacer lo contrario.
¿Podrías hacerlo? Todavía requiere un poco de disciplina y compromiso, pero no casi tanto como hacer un cambio permanente. Toda privación que se percibe es sólo temporal. Puedes contar los días que te quedan para alcanzar la libertad. Por lo menos durante 30 días, obtendrás algún beneficio. No es tan malo. Puedes manejarlo. Es sólo un mes fuera de tu normalidad. Eso no parece tan difícil. Haz ejercicio a diario durante sólo 30 días, y luego termina. Mantén tu escritorio perfectamente organizado durante 30 días, y luego afloja. Lee durante una hora al día durante 30 días, y luego vuelve a ver la televisión.
¿Cuándo se establece el hábito?
Si realmente completas una prueba de 30 días, ¿qué va a pasar? En primer lugar, vas a llegar lo suficientemente lejos como para establecer un hábito, y será más fácil de mantenerlo que al principio. En segundo lugar, vas a romper la adicción de tu vieja costumbre durante ese tiempo. En tercer lugar, tendrás 30 días de éxito, que te darán mayor confianza para poder continuar. Y en cuarto lugar, obtendrás 30 días de resultados, que te darán información práctica sobre lo que puedes esperar si continúas. Te pone en un lugar mejor para tomar decisiones a largo plazo.
Por tanto, cuando llegas al final de la prueba de 30 días, tu capacidad de tomar el hábito permanente es mucho mayor. Pero incluso si no estás listo para que sea permanente, se puede optar por extender tu período de prueba a 60 o 90 días. Cuanto más tiempo lleves con el período de prueba, más fácil será que encaje en el nuevo hábito de por vida.
Otra ventaja de este enfoque es que se puede utilizar para probar los nuevos hábitos si realmente no estás seguro de querer tenerlos de por vida. Tal vez te gustaría probar una nueva dieta, pero no sabes si te parece demasiado restrictiva. En ese caso, puedes probar 30 días y luego volver a evaluar. No pasa nada si eliminas el nuevo hábito porque no te convence. Es como probar un programa informático durante 30 días y luego desinstalarlo si no satisface tus necesidades. No hay daño, no hay falta.
Este método de 30 días parece funcionar mejor para los hábitos diarios. No he tenido la suerte de usarlo al tratar de iniciar un hábito que sólo se produce 3 ó 4 días por semana. Los hábitos cotidianos son mucho más fáciles de establecer.
Aquí están algunas ideas para la aplicación de la prueba de los 30 días:
* Renunciar a la televisión.
* Renunciar a los chats. Especialmente si sientes que te estás convirtiendo en un adicto a los chats. Recuerda que siempre puedes retomar tu actividad cuando finalicen los 30 días.
* Ducharse y afeitarse todos los días.
* Conocer a alguien nuevo cada día. Iniciar una conversación con un desconocido.
* Pon en venta algo en ebay todos los días. Purga parte de ese desorden.
* Si ya tienes una relación, dale a tu pareja un masaje todos los días.
* Renunciar a los cigarrillos, refrescos, comida basura, café u otras adicciones no saludables.
* Conviértete en un madrugador.
* Escribe en tu diario todos los días.
* Llama a un miembro de la familia diferente, un amigo o contacto de negocios todos los días.
* Escribir una nueva entrada en tu blog todos los días.
* Lee durante una hora al día sobre un tema que te interese.
* Medita todos los días.
* Aprende una nueva palabra del vocabulario cada día.
* Vete a dar un largo paseo todos los días.
La potencia de este enfoque radica en su simplicidad. Cuando te comprometes a hacer algo todos los días sin excepción, no se puede racionalizar o justificar la falta de un día. Más información