La procrastinación ha sido vista tradicionalmente como un obstáculo para la productividad, un hábito destructivo que nos aleja de nuestras metas y responsabilidades. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que, cuando se gestiona adecuadamente, puede convertirse en una poderosa herramienta para mejorar la creatividad, tomar decisiones más acertadas y reducir el estrés.
¿Qué es la procrastinación y por qué la vemos de forma negativa?
La procrastinación es el hábito de postergar actividades o responsabilidades importantes, generalmente en favor de tareas menos exigentes o placenteras. Desde una perspectiva tradicional, este comportamiento se relaciona con la pereza, la falta de disciplina y una gestión deficiente del tiempo. Sin embargo, no todas las formas de procrastinar son perjudiciales.
Los filósofos griegos, por ejemplo, valoraban el tiempo de inactividad como una oportunidad para la reflexión y el pensamiento profundo. Investigaciones más recientes también han revelado que diferir ciertas tareas puede ayudar a tomar mejores decisiones, alejarnos de impulsos emocionales y fomentar la creatividad.
Procrastinación estructurada: cómo convertir un hábito negativo en un aliado
John Perry, filósofo de Stanford, introdujo el concepto de procrastinación estructurada, una estrategia que permite aprovechar la tendencia natural a evitar ciertas actividades, canalizando ese tiempo en tareas igualmente productivas.
La clave de esta estrategia es reorganizar nuestras listas de tareas de manera que aquellas que evitemos sean reemplazadas por otras que también resulten beneficiosas. En otras palabras, podemos aprovechar la procrastinación para avanzar en otras áreas productivas, aunque no sean la prioridad número uno en nuestra lista.
Beneficios de procrastinar de forma productiva
- Mayor creatividad: Dar un respiro a la mente permite que las ideas fluyan con más naturalidad y que surjan soluciones innovadoras.
- Reducción del estrés: En lugar de forzarnos a trabajar bajo presión, redistribuimos la carga de una manera más llevadera.
- Mejora en la toma de decisiones: Postergar tareas estratégicamente evita que tomemos decisiones apresuradas e impulsivas.
- Mayor eficiencia: Al estructurar la procrastinación, logramos mantenernos activos en tareas valiosas en vez de caer en distracciones sin sentido.
Cómo hacer que la procrastinación juegue a tu favor
Si bien diferir tareas importantes puede ser perjudicial si no se maneja adecuadamente, podemos aplicar ciertas estrategias para asegurarnos de que nuestras pausas sean realmente productivas.
1. Aplicar la regla de los cinco segundos
Mel Robbins popularizó la llamada regla de los cinco segundos, que consiste en contar regresivamente desde cinco y actuar de inmediato. Esto ayuda a evitar la tendencia natural de posponer tareas difíciles.
2. Dividir las tareas en segmentos manejables
Las grandes tareas pueden parecer abrumadoras, lo que fomenta la procrastinación. Dividirlas en pequeñas acciones facilita el proceso y reduce la sensación de estrés.
3. Establecer un orden de prioridades
Si no puedes evitar procrastinar, al menos asegúrate de hacerlo con tareas útiles. Por ejemplo, en lugar de navegar sin rumbo en redes sociales, puedes aprovechar ese tiempo para leer un artículo relevante o mejorar algún aspecto de tu desarrollo personal.
8 maneras de hacer que tu procrastinación sea productiva
- Realiza ejercicio físico: Si sientes que no puedes concentrarte en una tarea, aprovecha para moverte. Además de mejorar tu salud, el ejercicio libera endorfinas que te ayudarán a regresar con más energía.
- Ordena tu entorno: La organización externa influye directamente en nuestra capacidad de concentración. Dedicar unos minutos a limpiar tu espacio de trabajo puede mejorar drásticamente tu productividad.
- Planifica tu día: Si vas a procrastinar, usa ese tiempo para escribir una lista de tareas pendientes y organizarte mejor.
- Aliméntate bien: Nutrirte adecuadamente tiene un impacto directo en tu capacidad de concentración. En vez de perder el tiempo en distracciones sin sentido, aprovecha ese momento para preparar una comida saludable.
- Lee o aprende algo nuevo: En lugar de perder el tiempo en actividades irrelevantes, cultívate con un libro, un podcast o un curso online.
- Conéctate con otros: Es un buen momento para contactar a familiares y amigos a los que hace tiempo no ves. La conexión social mejora el bienestar emocional.
- Disfruta una pausa consciente: No todas las procrastinaciones requieren acción. A veces, simplemente descansar unos minutos y desconectarse es la mejor opción.
- Mira contenido relacionado con lo que estás postergando: Ver documentales, entrevistas o videos sobre el tema en cuestión puede ayudarte a motivarte y entenderlo mejor.
La procrastinación sigue teniendo una reputación negativa, pero cuando se gestiona de manera consciente y estratégica, puede convertirse en un recurso invaluable. Transformar el tiempo de inactividad en oportunidades productivas no solo mejora la eficiencia, sino que también ayuda a reducir la ansiedad y potenciar la creatividad. En lugar de castigarte por postergar ciertas actividades, usa ese tiempo de manera inteligente y conviértelo en un aliado para el éxito personal y profesional.
Por Jasmine Murga
Muy buenos artìculos. Felicitaciones. Sòlo una curiosidad. ¿Còmo hacen para generar artìculos, o cuàl es la metodologìa para escogerlos y desaqrrollarlos?.
Hola Jorge,
¡Muchas gracias! Pues depende. Algunos artículos provienen de mis propios conocimientos que he acumulado a lo largo de estos años (estudios, libros, experiencia, etc.), otros de investigaciones recientes que traduzco del ingles y otros son mezclas. Cuando saco algo de una página web, de otro artículo o de un libro, aparece la fuente al final del artículo. Espero haber contestado a tu pregunta.
Saludos,
Jasmine