Hay una cosa de la que nadie puede escapar: la muerte. Es un tema que causa, al mismo tiempo, verdadera fascinación y miedo en la gente.
El investigador Jonathan Jong ha recopilado en theconversation.com una selección de asombrosos descubrimientos que la ciencia ha hecho sobre la muerte.
1) La ciencia puede llegar a predecir la muerte de una persona.
Mejor dicho, no es que la muerte puede ser – más o menos – prevista, pero sí la esperanza de vida de una determinada persona. Según Jonathan, los científicos descubrieron en los años 60 que, contrariamente a lo que se pensaba, las células de nuestro cuerpo son incapaces de replicarse indefinidamente y por lo tanto no son inmortales. Pero los investigadores observaron otra cosa interesante.
Los telómeros, que básicamente son secuencias de ADN que se encuentran en los extremos de nuestros cromosomas, disminuyen con cada división celular, y cuando llegan a ser demasiado cortos, las células dejan de dividirse y mueren. Por lo tanto, los investigadores encontraron que cada vez hay más pruebas de que la longitud de los telómeros puede servir para que podamos medir la expectativa de vida de los seres humanos y otros seres vivos.
Por supuesto, como explica Jonathan, no todos los estudios realizados sobre el tema confirman que los telómeros se pueden utilizar como un «termómetro» para predecir cuánto tiempo puede vivir una persona, incluso no se puede afirmar que su acortamiento es lo que provoca el envejecimiento o si este proceso es sólo un síntoma.
Por otro lado, si la longitud de los telómeros está asociada con el envejecimiento, si alguna vez la ciencia averigua cómo manipular su longitud, entonces es posible que podamos prolongar significativamente la duración de la vida.
2) Pensar en la muerte puede tener efectos curiosos en nuestro comportamiento.
Una serie de estudios, más de 200 y que involucraron a miles de personas de todo el mundo, llevados a cabo durante 25 años sugirieron que pensar en la muerte puede tener efectos curiosos sobre el comportamiento.
La investigación señaló que pensar en la muerte puede llevar a una persona a ser más indulgente con respecto al racismo y menos tolerante con la prostitución, por ejemplo.
Por otra parte, de acuerdo con Jonathan, la investigación mostró que pensar en la muerte también puede despertar en nosotros el deseo de tener más hijos, ¡y ponerles nuestros nombres! E incluso puede hacer más probable que los ateos crean en Dios y en la vida después de la muerte.
3) Olor dulce.
Todo el mundo sabe que los cuerpos humanos en descomposición no son las cosas más aromáticas de la tierra. El olor característico de un cuerpo en descomposición es el resultado de una combinación de más de 400 compuestos químicos volátiles diferentes, muchos de los cuales son comunes en otros animales.
Sin embargo, de acuerdo con Jonathan, un estudio indicó que cinco de estos elementos se encuentran exclusivamente en los seres humanos. Son compuestos orgánicos que reaccionan con el agua y producen ácidos y alcoholes.
Lo más interesante es que estas sustancias también son liberadas por la fruta cuando se pudre. Si alguna vez escuchas a algún policía o médico forense decir que la muerte tiene un olor dulce y nauseabundo, ya sabes a qué se refiere.
4) Las uñas y el pelo NO siguen creciendo después de que la persona ya ha muerto.
¿Has oído hablar de que las uñas y el pelo siguen creciendo incluso después de la muerte? De hecho, esto es sólo un mito, y lo que realmente ocurre es que el cuerpo se deshidrata debido a que el proceso de descomposición avanza. Así que con la retracción de la piel y otros tejidos tenemos la impresión de que las uñas y el pelo siguen creciendo, pero es una ilusión óptica.