Qué es la desensibilización sistemática

mujer con miedo

No todo el mundo sabe qué es la desensibilización sistemática y cuál es la función que tiene concretamente. La desensibilización sistemática es una técnica conductual que se utiliza de forma común para tratar miedos, ansiedad y fobias. Cuando se utiliza este método, la persona aprende técnicas de relajación y se expone gradualmente a un estímulo que le produce ansiedad, miedo o fobia.

Definición

Por tanto, la desensibilización sistemática es una técnica conductual donde una persona se ve obligada (pero tiene voluntad para hacerlo) a estar expuesta de forma gradual al estímulo que le produce ansiedad mientras realiza al mismo tiempo un ejercicio de relajación concreto para reducir los síntomas de ansiedad y controlar de esa manera la ansiedad, el miedo o la fobia concreta.

En este caso es primordial aprender sobre la relajación y el terapéutica clínico o terapeuta conductal enseñaría al cliente con temor a volar las técnicas de relajación. Es similar a la meditación, hay unos pasos exactos que deberá seguir para conseguir el autocontrol. El terapeuta podría comenzar pidiéndole al cliente que cierre los ojos, se siente en una posición cómoda y relaje todos los músculos, prestando especial atención a la respiración lenta y natural. El terapeuta leerá el guión y alentará al cliente a relajar cada músculo de su cuerpo desde la cabeza hasta los pies. El objetivo es llevar al cliente a un estado físico completamente relajado.

Las fases de la desensibilización sistemática

La desensibilización sistemática es un tipo de terapia conductual basada en el principio del condicionamiento clásico. Fue desarrollado por Wolpe durante la década de 1950. Esta terapia tiene como objetivo eliminar la respuesta de miedo de una fobia, y sustituir el estímulo condicional por una respuesta de relajación usando el contra acondicionamiento. Hay tres fases para el tratamiento.

fases de desensibilización sistemática

Enseñanza de la técnica de relajación

Primero, se le enseña al paciente una técnica de relajación muscular profunda y ejercicios de respiración. Estas técnicas pueden ser ejercicios de respiración, relajación muscular o la meditación.

Este paso es muy importante debido a la inhibición recíproca, donde una vez que la respuesta se inhibe porque es incompatible con otra. En el caso de las fobias, los temores implican tensión y la tensión es incompatible con la relajación.

Crear una jerarquía de miedo

En segundo lugar, el paciente crea una jerarquía de miedo que comienza en los estímulos que crean la menor ansiedad (miedo) y se acumula en etapas a las imágenes que provocan más miedo. La lista es crucial ya que proporciona una estructura para la terapia.

Ascender en la jerarquía del miedo

En tercer lugar, el paciente asciende en la jerarquía del miedo, comenzando con los estímulos menos desagradables y practicando su técnica de relajación a medida que avanza. Cuando se sienten cómodos con esto (ya no tienen miedo) pasan a la siguiente etapa en la jerarquía. Si el paciente lo pasa mal, puede regresar a una etapa anterior y recuperar su estado relajado.

El paciente repetidamente imagina (o se enfrenta con) esta situación hasta que no evoca ninguna ansiedad en absoluto, lo que indica que la terapia ha sido exitosa. Este proceso se repite mientras se trabaja en todas las situaciones de la jerarquía de ansiedad hasta que provoca más ansiedad.

trabajar con desensibilización sistemática

Investigación de Joseph Wolpe

Joseph Wolpe en 1964 utilizó con éxito el método para tratar a un chico de 18 años con una fuerte compulsión al lavado de manos. El trastorno implicaba un miedo a contaminar a los demás con orina. Después de orinar, el paciente se sintió obligado a pasar 45 minutos limpiándose los genitales, dos horas de lavado de manos y cuatro horas de ducha.

El tratamiento consistió en colocar al joven en un estado de relajación y luego pedirle que imaginara escenas de baja ansiedad (como un hombre desconocido tocando un lavabo de agua que contiene una gota de orina). A medida que la ansiedad del paciente se disipaba gradualmente, Wolpe aumentaba gradualmente la concentración imaginaria de orina.

Además, se presentó una verdadera botella de orina a distancia y se acercó al paciente en pasos graduales. Finalmente, Wolpe podría aplicar gotas de orina diluida al dorso de la mano del paciente sin evocar ansiedad. Un seguimiento 4 años más tarde reveló la remisión completa de los comportamientos compulsivos.

Ejemplo de la desinsibilzación sistemática

Imagina que tienes miedo a los perros y quieres considerar este tipo de terapia para poder afrontarlo y dejar de temerles para siempre. Quizá si tienes al perro a 5 metros distancia solo lo consideres como una amenaza pequeña, pero un perro que se mueve y se acerca a ti hasta estar a un metro de distancia quizá lo sientas como muy amenazante y la ansiedad comience a aparecer de repente.

Si aprendes la técnica de relajación profunda y se te pide que te imagines al perro enfrente tuya para convertirlo en una situación que sea como menos amenazante en la jerarquía de tus miedos y ansiedad.

Superar los miedos a través de desensibilización sistemática

La cantidad de sesiones requeridas depende de la gravedad de la fobia. Generalmente 4-6 sesiones y hasta 12 para una fobia severa. La terapia se completa una vez que se alcanzan los objetivos terapéuticos acordados (no necesariamente cuando los temores de la persona se han eliminado por completo). La exposición se puede hacer de dos maneras: in vitro (el paciente imagina la exposición al estímulo que le causa miedo) o  in vivo (el paciente está realmente expuesto al estímulo que le causa miedo).

Esta técnica para eliminar el miedo, la ansiedad o las fobias, también sirve para eliminar el estrés de las personas. Son técnicas que a día de hoy se siguen utilizando por su efectividad, pero es importante tener presente que para realizarlas hay que estar preparado emocionalmente y tener voluntad del cambio. Si no se quiere realizar esta terapia y la persona está demasiado sensible al estímulo, entonces puede que a mitad de las sesiones decida abandonar la terapia echando por tierra todo el trabajo y que el resultado no sea exitoso. En este sentido, si la persona realmente siente que quiere superar esos miedos, sobre todo porque le restan calidad de vida, entonces, tendrá que continuar hasta el final para intentar tener éxito en la terapia.


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