El amor junto a la compasión es uno de los grandes objetivos de la filosofía budista.
La práctica de la meditación nos puede servir para desarrollar una excelente capacidad de atención a todo lo que nos rodea pero también podemos desarrollar sentimientos tan puros y nobles como la compasión y el amor.
Como siempre digo, esto no se adquiere de la noche al día. Es necesaria una práctica constante para poder alcanzar dichas emociones y estados de conciencia.
La comprensión de que todo lo que existe está interconectado gracias a un nexo común que llamamos vida facilita la necesidad de amar y comprender todo lo que nos rodea.
Cuidando hasta el más mínimo detalle o forma de vida que nos encontramos a nuestro paso podremos aprender a valorar y querer todo aquello que nos rodea.
Elegir esta filosofía de vida aumentará sin lugar a dudas tu calidad de vida.