Los estudiantes de secundaria que realizaron un programa de Mindfulness redujeron síntomas de depresión, ansiedad y estrés hasta seis meses después de finalizado el programa. No solo los redujeron sino que eran menos propensos a desarrollar dichos síntomas. El estudio estuvo dirigido por el profesor Filip Raes, de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Leuven (Bélgica). El profesor es el primero en examinar el Mindfulness en una amplia muestra de adolescentes en un entorno como la escuela.
El Mindfulness es una forma de meditación centrada en el ejercicio de la atención. La depresión suele tener sus raíces en una espiral de sentimientos negativos y preocupaciones. Una vez que una persona aprende a reconocer más rápidamente estos sentimientos y pensamientos, él o ella pueden intervenir antes de que la depresión se manifieste.
Si bien el Mindfulness ha sido ampliamente probado y aplicado en pacientes con depresión, esta es la primera vez que este método ha sido estudiado en un grupo de adolescentes en un entorno basado en la escuela. El estudio se llevó a cabo en cinco escuelas secundarias de Flandes, Bélgica. Alrededor de más de 400 estudiantes entre 13 y 20 años tomaron parte en el estudio. Los estudiantes fueron divididos en un grupo de prueba y un grupo control. El grupo de prueba recibió este programa de Mindfulness y el grupo control no recibió ningún entrenamiento. Antes del estudio, ambos grupos completaron un cuestionario para detectar y medir síntomas de depresión, estrés o ansiedad. Ambos grupos cumplimentaron el cuestionario de nuevo justo después del entrenamiento, y luego una tercera vez seis meses después.
Antes del inicio de la aplicación del programa, tanto el grupo de prueba (21%) como el grupo control (24%) tenían un porcentaje similar de estudiantes con síntomas depresivos. Después de la aplicación del programa Mindfulness, ese número fue significativamente menor en el grupo de prueba: 15% versus 27% en el grupo control. Esta diferencia se mantuvo seis meses después de la formación: 16% del grupo de prueba versus 31% del grupo de control.
Los resultados sugieren que la atención consciente puede conducir a una disminución en los síntomas asociados con la depresión y, por otra parte, que la protege contra el desarrollo posterior de síntomas relacionados con la depresión.
Cómo se implementó el programa en el aula
El entrenamiento impartido en clase fue estructurado y práctico. Incluyó instrucciones guiadas de respiración consciente, ejercicios de escaneo corporal, espacios para compartir experiencias tras las prácticas, momentos de reflexión grupal, breves historias inspiradoras y educación psicoeducativa sobre estrés, depresión y autocuidado. Esta combinación, con sesiones regulares y estrategias simples, permite que los adolescentes desarrollen habilidades de autorregulación y atención sostenida en un contexto cotidiano como el escolar.
- Respiración mindful: focalizar la atención en el flujo respiratorio para estabilizar la mente.
- Reconocimiento del cuerpo: notar sensaciones físicas para anclar la atención en el presente.
- Diálogo reflexivo: normalizar dificultades y reforzar el aprendizaje emocional entre pares.
- Psychoeducación breve: entender cómo el estrés y la rumiación amplifican el malestar y qué recursos aplicar.
Diseño del estudio y cifras clave
El ensayo utilizó un diseño aleatorizado por conglomerados (clases y centros escolares), con grupo experimental y grupo control sin intervención. Participaron más de cuatrocientas personas adolescentes de diversas aulas de Flandes. Se realizó medición antes del programa, inmediatamente después y a los seis meses. La reducción de sintomatología depresiva, ansiosa y de estrés fue consistente y se mantuvo, lo que sugiere efectos de prevención secundaria. Para lectoras y lectores interesados en la metodología, el artículo académico está accesible en su DOI: http://dx.doi.org/10.1007/s12671-013-0202-1.
Este patrón de resultados concuerda con metaanálisis y ensayos que han evaluado intervenciones basadas en mindfulness en población infantil y adolescente: frente a atención habitual, se observan mejoras en atención, funcionamiento ejecutivo, ansiedad/estrés y síntomas depresivos, con la recomendación de continuar acumulando evidencias y muestras amplias para reforzar la solidez de los hallazgos.
Qué dicen las guías clínicas y la evidencia comparada
Las guías y sumarios de evidencia sitúan a la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) como tratamiento psicológico de primera línea para los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes, tanto en formato individual como grupal. Las intervenciones basadas en mindfulness (IBM) se valoran como complemento útil que puede reducir síntomas y mejorar el bienestar, especialmente en contextos educativos y preventivos, aunque se anima a seguir investigando su efecto específico por diagnóstico.
- TCC: aumenta tasas de remisión y mejora síntomas; la combinación TCC + farmacoterapia puede potenciar la respuesta clínica en casos seleccionados.
- Mindfulness: útil para regulación emocional, reducción de estrés y ansiedad; evidencia prometedora en escuelas y como apoyo en salud mental.
- Recomendaciones prudentes: en condiciones específicas como la ansiedad social, algunas guías no recomiendan mindfulness de forma rutinaria, priorizando TCC focalizada.
Existen ensayos con adolescentes en contextos clínicos (por ejemplo, reducción de estrés basada en mindfulness añadida a tratamiento habitual) que han mostrado descensos en ansiedad estado, síntomas depresivos, estrés percibido e indicadores de paranoia, reforzando el papel de las IBM como intervención adjunta viable.
Ideas prácticas para introducir mindfulness en el aula
Numerosas experiencias educativas, incluidos proyectos específicos de mindfulness en escuelas, muestran que pequeñas dosis bien estructuradas generan beneficios tangibles en clima de aula y bienestar. Algunas propuestas fáciles de implementar son:
- Ritual de inicio (5 minutos): respiración consciente breve para centrar la atención antes de comenzar.
- Chequeos emocionales: pausas para notar cómo me siento y nombrar emociones sin juicio.
- Volver amablemente: entrenar el retorno a la tarea cuando aparece la distracción, sin reprimendas.
- Autocuidado creativo: colorear, escritura expresiva o escaneo corporal guiado para integrar introspección.
- Límites respetuosos: practicar decir “no” con respeto para fortalecer asertividad y seguridad emocional.
En paralelo, el desarrollo de competencias docentes en atención plena favorece la gestión del estrés del profesorado, la empatía y la resiliencia ante la complejidad del aula, con potencial efecto indirecto en el rendimiento y clima del grupo.
También se han probado enfoques preventivos escolares basados en mindfulness, como la terapia de aceptación y compromiso en estudiantes de secundaria, y formatos grupales centrados en ansiedad en entornos escolares, que señalan factibilidad, buena aceptación y tamaños de efecto relevantes, abriendo camino a ensayos más amplios.
La evidencia indica que incorporar prácticas breves, regulares y adaptadas de atención plena en colegios puede ayudar a reducir síntomas depresivos, ansiedad y estrés en adolescentes, al tiempo que fortalece habilidades de autoconciencia y autorregulación. La TCC sigue siendo referencia clínica para trastornos de ansiedad, y el mindfulness actúa como aliado pedagógico y terapéutico complementario que aporta valor añadido en prevención y bienestar.