Las emociones gobiernan nuestras vidas.
Unas veces nos ayudan
otras, nos perjudican.
Sin embargo, si careciéramos de emociones nos convertiríamos en muertos vivientes
o…
en robots.
La clave está en aprender a gestionar con inteligencia nuestras emociones
y, por favor,
no nos convirtamos en robots.
Vídeo (niño robot con movimiento facial real):
Sé el primero en comentar