La respuesta a esta pregunta sería el fin a una de las cuestiones que más preocupa y ha preocupado a lo largo de toda su existencia al ser humano. No sé si algún día sabremos la respuesta pero sí sé que la ciencia está tratando de averiguar qué sucede con la conciencia más allá de la muerte.

En concreto se trata del Estudio AWARE (Awareness during resuscitation, «conciencia durante la resucitación»). Este estudio es el primero lanzado por Foundation Research Horizon, una organización benéfica independiente que tiene como objetivo proporcionar apoyo a la investigación científica para la comprensión sobre el estado de la mente humana al final de la vida.
El estudio es fruto de una colaboración multidisciplinar de científicos internacionales y médicos que han unido sus fuerzas para estudiar la relación entre la mente y el cerebro durante la muerte clínica, y está dirigido por el Dr. Sam Parnia, un experto de renombre mundial en el estudio de la mente humana y la conciencia durante la muerte clínica. El equipo trabaja en colaboración con más de 25 grandes centros médicos de Europa, Canadá y Estados Unidos.
Qué investiga realmente AWARE

Aunque el estudio de la muerte ha sido tradicionalmente considerado como un tema teológico o filosófico, los avances en medicina han permitido un enfoque científico para comprender el misterio. «Contrariamente a la percepción popular,» explica el Dr. Parnia, «la muerte no es un momento específico. Es un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, los pulmones dejan de trabajar y el cerebro deja de funcionar. Una condición médica llamada arresto cardíaco, que desde un punto de vista biológico es sinónimo de muerte clínica.»
«Durante un paro cardíaco, los tres criterios de muerte están presentes. Posteriormente, hay un período de tiempo, de segundos a más de una hora, en el que la atención de emergencia puede reiniciar el corazón y revertir el proceso de muerte. Lo que la gente experimenta en este período ofrece una ventana única de comprensión del proceso de morir.»
Durante AWARE, los médicos estudian el cerebro y la conciencia durante el paro cardíaco y ponen a prueba la validez de las experiencias fuera del cuerpo mediante el uso de mensajes ocultos colocados cerca del techo en salas de reanimación, visibles solo desde arriba. Más de 20 centros han utilizado paneles visuales para intentar corroborar percepciones verídicas.
Hallazgos clave publicados y cifras de referencia

- En la fase clínica con mayor muestra se analizaron 2.060 paros cardíacos en múltiples hospitales. De ellos, 330 sobrevivieron y 140 reportaron algún tipo de conciencia durante la reanimación.
- Entre quienes sobrevivieron y fueron entrevistados, 46% recordó una “especie de conciencia” durante los minutos de muerte clínica; y cerca de un 13% describió sensación de separación del cuerpo.
- Relatos frecuentes incluyen: miedo, visión de luz brillante, sensación de ahogo o arrastre, persecución, déjà vu y recuerdos familiares vívidos.
- Casos puntuales describen recuerdos detallados del entorno (voces del personal, sonidos de máquinas) e incluso observación de la reanimación desde una esquina del cuarto.
La fase ampliada AWARE-II monitorizó a cientos de pacientes en hospitales de Estados Unidos y Reino Unido, entrevistando a los supervivientes. Menos de una décima parte fue dada de alta, y aproximadamente el 40% de quienes sobrevivieron recordaron algún grado de conciencia durante la RCP no captada por medidas estándar. En un subgrupo monitorizado con EEG, se detectaron picos de ondas gamma, delta, theta, alfa y beta compatibles con funciones mentales superiores en ventanas temporales prolongadas durante la reanimación.
Los autores describen estas vivencias como “experiencias lúcidas de muerte” y plantean la hipótesis de una desinhibición de redes corticales cuando cae la actividad por falta de oxígeno, lo que podría permitir acceso a memorias y evaluaciones morales de la vida. Al mismo tiempo, enfatizan que no prueban ni refutan una continuidad de la conciencia y que se requiere investigación adicional sin prejuicios.
¿Qué se siente durante una ECM según los datos?

Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) comparten un núcleo común descrito de forma consistente: paz, ausencia de dolor, sensación de salir del cuerpo, encuentro con una luz y revisión panorámica de la vida. Para estandarizar, se utiliza la Escala de Greyson (16 ítems). Elementos habituales de esta escala incluyen, entre otros:
- El tiempo se acelera o ralentiza
- Procesos de pensamiento acelerados
- Retorno de escenas del pasado
- Percepción o comprensión súbita
- Sentimiento de paz o agrado
- Sentimiento de felicidad o alegría
- Sensación de unidad con el universo
- Encuentro con una luz brillante
- Sentidos más vívidos
- Conciencia de cosas en otros lugares
- Escenas del futuro
- Separación del cuerpo
- Un “mundo” diferente
- Ser o presencia mística, o voz
- Ver personas fallecidas
- Llegar a una frontera o punto sin retorno
En estudios clínicos, un subconjunto alcanza puntuaciones que indican ECM “trascendentales”. También existen criterios propuestos por van Lommel: conciencia de estar muerto, emociones positivas, experiencia fuera del cuerpo, túnel, comunicación con la luz, colores, paisaje aparentemente celestial, encuentro con fallecidos, revisión vital y una frontera.
Cómo se estudia: tecnología, control y sesgos
AWARE integra monitoreo cerebral (EEG) durante reanimación, entrevistas estructuradas y objetos ocultos elevados para testear percepciones verídicas. Aunque la hipoxia, las descargas neuronales, la desinhibición cortical y la bioquímica del estrés pueden explicar parte del fenómeno, los autores señalan que no todo se reduce a una sola causa. Un aspecto clave es que fármacos y sedantes podrían alterar la memoria, de modo que algunas personas no recuerdan sus vivencias pese a haberlas tenido.
Revisiones críticas escépticas han propuesto explicaciones neuropsicológicas para todos los componentes (visión de túnel, experiencias fuera del cuerpo, encuentros), mientras que otros investigadores señalan casos con descripciones verídicas del entorno no atribuibles fácilmente a la memoria o a la fantasía. AWARE ha intentado resolver esta tensión con diseños cada vez más controlados, si bien recordar imágenes ocultas desde el techo sigue siendo extremadamente infrecuente.
Efectos posteriores en la vida del paciente y apoyo clínico

Tras una ECM, muchas personas refieren cambios duraderos: menor miedo a la muerte, mayor empatía, prioridad por los vínculos y un sentido ampliado de propósito. También hay reportes de efectos negativos como desajuste social o dificultades para hablar de la experiencia por miedo al estigma. Por ello, organizaciones como IANDS promueven educación y apoyo, y se recomienda a los profesionales de la salud escuchar sin juzgar para integrar la vivencia en la recuperación.
Debate científico: qué nos dicen (y qué no) los picos cerebrales
Se han publicado observaciones de actividad cerebral organizada alrededor del momento de morir (incluyendo oscilaciones gamma). Algunos medios han sugerido que podrían reflejar una revisión de la vida; sin embargo, los propios autores suelen enfatizar la prudencia: son muestras limitadas y con comorbilidades. Dos consideraciones ayudan a contextualizar:
- Complejidad requerida: la actividad residual registrada en casos individuales difícilmente iguala la orquestación neural que exigirían los relatos lúcidos y coherentes típicos de ECM profundas.
- Percepciones verídicas: existen reportes (poco frecuentes pero documentados) de información correcta obtenida durante la inconsciencia y no accesible por vías sensoriales convencionales; esto no se explica con facilidad mediante simples “estertores” eléctricos.
En paralelo, AWARE-II ha mostrado que algunos pacientes presentan patrones eléctricos compatibles con procesamiento mental durante RCP, mientras otros no, abriendo líneas para definir biomarcadores de conciencia en la frontera entre vida y muerte. Los autores subrayan que este campo exige más datos y diseños prospectivos.
El estudio AWARE, iniciado hace años, es un proyecto a largo plazo y actualmente no ha finalizado. La evidencia disponible sugiere que una fracción de pacientes reanimados describe estados de conciencia vívidos, con contenido consistente y a veces verificable, coexistiendo con hipótesis neurofisiológicas sólidas. Para el lector, tal vez lo más valioso sea comprender que la investigación seria está ampliando el mapa sobre cómo podría comportarse la conciencia cuando el corazón y el cerebro parecen detenerse, y que este conocimiento ya impulsa mejoras en reanimación, cuidados críticos y acompañamiento al final de la vida.

