Una evaluación es necesaria en el mundo educativo, de aprendizaje y en cualquier ámbito en que una persona, de cualquier edad deba someterse a pruebas o exámenes para saber cuál es su grado de conocimiento. Cuando hablamos de evaluación diagnóstica, estaremos haciendo referencia al tipo de evaluación a través de test o pruebas que un profesional realiza a una persona de cualquier edad para saber la puntuación que obtiene en diferentes áreas.
Estas áreas pueden ser matemáticas, lengua o a nivel emocional o mental. En definitiva, la evaluación es una recopilación de información necesaria para que el profesional educativo o psicológico tome las decisiones que necesiten para mejorar su aprendizaje o su estado emocional o mental.
La evaluación diagnóstica
La evaluación diagnóstica es un proceso sistemático y rigurosos que se realiza en la escuela durante el principio del curso escolar, durante el inicio de un tema de estudio o de una etapa académica. Incluso el centro educativo es el que puede valorar qué momento es el mejor para pasar a sus estudiantes una evaluación diagnóstica.
Toda evaluación diagnóstica tiene ciertos objetivos:
- Entender en qué estado están los estudiantes
- Saber qué saben de un tema
- Tomar decisiones que faciliten su vida
- Mejorar el aprendizaje durante el desarrollo del proceso educativo
En definitiva, aborda información necesaria para que los profesionales sepan guiar de forma acertada a los estudiantes para que de este modo, tengan mejores resultados en sus estudios y por tanto, que sean capaces de alcanzar el éxito en sus propios objetivos. Este tipo de evaluación tiene en cuenta tres aspectos fundamentales: lo que sabe, lo que motiva y las condiciones de aprendizaje del alumno.
Qué se debe tener en cuenta
Para poder realizar una prueba diagnóstica a un alumno o grupo de alumnos, se deben tener ne cuenta algunos criterios fundamentales. Son criterios que se pueden considerar como la base para obtener buenos resutlados.
Qué saben los alumnos
Se debe entender qué saben los alumnos antes de tomar decisiones respecto al objetivo que se aborda. Los conocimientos, ideas y habilidades que tienen son la base para que se puedan crear nuevos contenidos. No se debe olvidar que todo aprendizaje debe tener sentido por lo que se debe vincular lo que se sabe con lo nuevo que se va a aprender. Evaluar este aspecto supone hacerse preguntar y tomar decisiones. Para tomar decisiones hay que tener en cuenta:
- El tipo de habilidades, conocimientos e ideas previas que tiene cada estudiante
- Cómo se relaciona lo que ya saben con lo nuevo que no saben
- El orden de contenidos
- El método para que lo aprendan
- Si los conocimientos previos son erróneos o no y que los alumnos tomen conciencia de ello
- Corregir los conocimientos previos que son erróneos
- Saber cuántos conocimientos o habilidades tienen y cuántos les falta (repasar, guías, esquemas, modificaciones del temario, etc)
- Podrán aprender contenidos nuevos o les faltan herramientas o refuerzo para conseguirlo
Conocer los gustos de cada estudiante
Cada estudiante tiene sus propias preferencias, intereses y les gusta tomar sus propias decisiones en base a la información que tienen presente. Si los profesores saben cuáles son los gustos de sus alumnos, serán capaces de orientar la enseñanza hacia una motivación que permitirá que los alumnos no solo presten más atención, si no que también interiorizarán mejor el aprendizaje que deben tener. Será un aprendizaje mucho más fácil para ellos. Se deberá tener en cuenta lo siguiente:
- Gustos, preferencias e intereses que tiene cada estudiante
- Relacionar los nuevos contenidos con los intereses y preferencias de los estudiantes
- Realizar posibles proyectos de aprendizaje relacionados con estos intereses
- Realizar grupos de estudiantes con intereses comunes
- Saber qué contenidos son más relevantes
Conocer los estilos y ritmos de aprendizaje
Cada alumno tendrá su propio estilo y ritmo de aprendizaje de cada estudiante y tomará decisiones respecto a cómo estudiar. El profesorado debe tener siempre en cuenta el ritmo de aprendizaje de sus alumnos para que, el día a día en el aula sea justo para todos los alumnos por igual. En este sentido, deberá tener presente una gran diversidad de ritmos en el aprendizaje para que los que van más avanzados mantengan su motivación par avanzar y los que van más retrasados no se frustren y mantengan también esa motivación para seguir aprendidendo.
Saber de qué manera aprenden los alumnos es la única forma de que se les enseñe de la forma más adecuada. Reconoce el ritmo de aprendizaje sirve para pedirles a cada uno lo mejor que puede dar. Para ello se debe tener en cuenta:
- Cómo aprende mejor cada estudiante
- Qué materiales son más adecuados para enseñarles
- Combinar formas de enseñanza (orales, textuales, gráficas, manipulativas, etc.)
- Proponer diferentes tipos de actividades para todos
- Ofrecer diferentes formas de evaluación en caso de que sea necesario
- Pensar las estrategias más adecuadas para desarrollar al estudiante
- Tener en cuenta la rapidez de aprendizaje de los estudiantes
- Saber a qué alumnos hay que dedicar más tiempo y a cuáles se les puede dejar más autónomos
Una evaluación diagnóstica no se hace de la noche a la mañana, es un proceso que se necesita tiempo. Primero se deben desarrollar las estrategias y herramientas adecuadas para poder registrar la información que después será útil en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Después se tendrán que tomar las decisiones más adecuadas para convertirlas después en acciones. Se debe saber por dónde empezar teniendo conciencia de la necesidad del grupo clase y del alumnado en concreto. Esto es importante para después saber qué tipo de enseñanza se debe tener presente para enseñar nuevos contenidos.
En definitiva, la evaluación diagnóstica sirve para saber cómo son los estudiantes, qué es lo que necesitan exactamente para potenciar su aprendizaje y sobre todo, le da al profesorado una información muy útil que le servirá para poder programar mejor sus clases. Es sin duda una herramientas necesaria que se debe realizar periódicamente para saber qué decisiones serían las más adecuadas tomar y que de esta manera los alumnos fuesen capaces de tomar el camino correcto hacia su propio aprendizaje.