Ezequiel Zamora (1859-1863), líder y militar venezolano, luchó por la reivindicación de los derechos de los campesinos y de las clases sociales más humildes. Por este motivo, su nombre siempre estará en el recuerdo ya que su persona fue importante para la época en la que su lucha sirvió como ejemplo social.
Fue hijo de Alejandro Zamora, quien murió como soldado en la guerra de independencia y de Paula Correa, una mujer a la que describían como aguerrida y capaz de defender los ideales independentistas. Está claro que Ezequiel Zamora tenía la lucha recorriendo sus venas.
Frases de Ezequiel Zamora
A continuación vamos a dejarte algunas de sus frases más célebres no solo para que puedas descubrir su pensamiento, si no también, para que entiendas cómo el sentimiento de lucha no solo es cosa del pasado, si no que también está presente en la sociedad actual.
Son palabras y frases de lucha, de mucha fuerza interna… de un líder que quería cambiar el mundo en pro de los más humildes, cansado de darse cuenta de las injusticias sociales, y dándose cuenta de que en ocasiones, la lucha es la salida más factible para conseguir cambios en la sociedad. Él siempre quiso un mundo más libre, más fuerte, sin esclavos, porque el hecho de vivir ya debería ser un motivo más que suficiente para ser libres y vivir con dignidad la vida que corresponda. ¡No te pierdas sus frases de lucha!
- Tierras y hombres libres.
- Hablar siempre con el pueblo, escuchar siempre al pueblo.
- Témanse las pasiones humanas, mas este temor no nos lleve a querer sofocarlas o a no dirigirlas al bien de la patria ni servirse de ellas en pro de la nación.
- Luchamos para proporcionar una situación feliz a los pobres, los pobres nada tienen que temer, no tienen nada que perder, que tiemblen los oligarcas, no habrá ni ricos ni pobres, la tierra es libre, es de todos.
- Creí que un gobierno que infringe las leyes autoriza a los ciudadanos para levantarse en masa contra el: creí que las había infringido el gobierno de Venezuela: Creí en fin que era realidad cuanto decían los papeles que hoy han causado mi perdición.
- Un glorioso país, un gran Estado a partir del reparto de tierras, la supresión de las contribuciones, la democracia total, proporcionar una situación feliz a los pobres y la instrucción general.
- ¿Es posible terminar con la opresión de la oligarquía y con el poder de los ricos? ¿Podrá el pueblo vencer a sus tiranos? ¿Y las tierras por qué las tienen solamente los poderosos? La tierra es de todos como el agua, el sol, y la naturaleza.
- Somos la conciencia igualitaria y niveladora del pueblo venezolano alzado contra los últimos privilegios oligárquicos y dispuesto a cumplir del modo radical aquellas consignas sociales que se preterieron y retardaron desde la independencia.
- La Federación encierra en el seno de su poder el remedio de todos los males de la patria. No; no es que los remedia; es que los hará imposible.
- Porque si no impongo la disciplina, la anarquía nos hubiera devorado, tal como decía Bolívar con su palabra sabia.
- Porque si no impongo la disciplina, la anarquía nos hubiera devorado, tal como decía Bolívar con su palabra sabia.
- Hay algo podrido en la olla.
- ¿Por qué, si todos somos tus hijos, por qué tengo que ser el sirviente de mi prójimo? ¿Por qué, si tengo alma, no puedo entrar a tu iglesia? ¿Por qué no puedo decidir yo también quiénes serán mis líderes? ¿Por qué murió mi padre entonces? ¿Nacimos nada más para tener un solo pantalón?
- Tierra y hombres libres es una frase mía.
- Era difícil convencer a esa gente pero yo necesitaba tener batallones obedientes para poder vencer y, sobre todo, aplicar mi táctica en las trincheras de Santa Inés que ya tenía estudiadas en el sitio.
- No habrá diferencia entre pueblo y soldados; así como cada ciudadano será un soldado para defender sus derechos, cada soldado será un ciudadano en ejercicio de la soberanía.
- Somos como el cuerpo seco: si nos pisan por un lado nos levantamos por otro.
- Dura fue la decisión contra un hombre de mi pueblo, encendido de venganza por sus propias circunstancias, y desde ese momento, comencé a estudiar la forma de librarme de él.
- Esta no victoria no es una victoria moral, no, se la debíamos al libertador ¡por el libertador siempre!
- Lamentablemente, Espinoza era peor que el indio Rangel, pues jamás aceptó mis órdenes, ni siquiera mis consejos. Aunque se proclamaba mi subalterno, siempre actuaba como le daba la gana después de prometer su obediencia.
- ¡Levántese, levántese carajo! Aquí no hay esclavos.
- Transformémonos cada uno en una escuela.
- ¡Compañeros, ni ahora ni nunca, la vergüenza de las cadenas!
- Lucharemos para transformar a cada hombre en un libertador ¡Por la tierra!
- Deliberaron esa noche y en la mañana le leyeron la sentencia de muerte que el hombre escuchó callado… tuve que hacerlo porque, si no lo hacía, se perdía toda la moral indispensable para triunfar con cualquier ejército.
- Sólo existe una manera de llevarlos hasta Santa Inés: cercándolos, encerrándolos, acorralándolos con 400 o 500 hombres.
- Me llaman el caudillo campesino, el general de los esclavos; pero les recuerdo, aquí en estas tropas no hay esclavos, todos somos hombres libres.
- Nuestra victoria y nuestro heroísmo debe ser premiado con el triunfo de nuestros principios y el derrocamiento de la tiranía.
- Para nosotros, lo más importante de ésta guerra es conducir al ejercito enemigo hacia Santa Inés.
- Si emprendemos la retirada por esa montaña, pereceremos todos miserablemente. Si damos aquí una batalla, moriremos tal vez, pero con gloria.
- Luchamos para proporcionar una situación feliz a los pobres… Los pobres nada tienen que temer, no tienen nada que perder, que tiemblen los oligarcas, no habrá ricos ni pobres, la tierra es libre, es de todos.
- La conciencia de nuestros derechos y nuestro valor harán simultáneo, decisivo y omnipotente el movimiento de los pueblos de Venezuela por la última y más gloriosa de sus conquistas: el sistema federal.
