Focusing como método de auto-conocimiento

Focusing es un proceso psicoterapéutico desarrollado por Eugene Gendlin en 1953. Después de 15 años de investigación en la Universidad de Chicago, Gendlin concluyó que lo que determina que una psicoterapia sea exitosa o no depende, más que del terapeuta, de cómo el paciente se comporta y lo que realiza internamente durante la sesión. Gendlin encontró que, sin excepción, los pacientes exitosos intuitivamente centraban su atención dentro de sí mismos, en una sensación difusa y muy sutil llamada sensación sentida (“felt sense” en inglés). Esta sensación sentida contiene información que cuando se le presta atención, puede llevarnos a la resolución del problema que estamos enfrentando. Por lo tanto, Focusing es una habilidad que se puede aprender y que recrea un comportamiento observado en pacientes exitosos.

Focusing consiste en centrar la atención de forma abierta y sin juzgar sobre un conocimiento interno que uno experimenta directamente pero que se encuentra en lo pre-verbal. Es decir, el cuerpo puede contener información muy valiosa, aunque no haya sido formulada en palabras todavía o llevado a la consciencia. Focusing se utiliza para arrojar luz sobre lo que uno siente o quiere, e implica un diálogo con esa sensación sentida. A muchas personas les asusta tanto estar en su cuerpo que prefieren refugiarse en su cabeza donde todo es conocido y nada vaya a sorprenderles. Sin embargo, al hacer esto, no sólo quedamos atrapados en un torbellino de pensamientos recursivos y hasta obsesivos que generalmente no nos llevan a ningún sitio, pero además perdemos una gran cantidad de información. El cuerpo no es un instrumento o una mera máquina fisiológica. Esa parte es la que la ciencia consigue captar o medir mejor, pero el cuerpo es mucho más que eso: es sabiduría.

¿Qué beneficios tiene Focusing?

Focusing nos ayuda a contemplar otras narrativas o alternativas a una situación, a ver las cosas con más claridad, tomar decisiones y a estimular un cambio en nosotros.

A través del proceso de Focusing, podemos convertir la sensación sentida en algo más tangible y fácil de trabajar. Y para que esta sensación sentida tome forma y cobre significado, la persona debe ir probando diferentes palabras que traduzcan esa sensación. Al verbalizar esas palabras, es importante prestar atención a lo que ocurre dentro porque la sensación sentida no validará una palabra o frase (también puede ser una imagen) que no la describa de forma adecuada. Generalmente esto requiere tiempo y es fundamental ser capaz de tolerar la incertidumbre. Pero una vez que conseguimos reconocer esa sensación sentida y ponerle nombre, notamos que el bloqueo desaparece y podemos finalmente seguir avanzando.

Se han desarrollado varias adaptaciones del proceso de Focusing originalmente propuesto por Gendlin. Uno de los más populares es el de Ann Weiser Cornell. Según Weiser, los tres aspectos que separan Focusing de otros métodos de consciencia interna y crecimiento personal son los siguientes:

  1. La sensación sentida (“felt sense”):

Focusing implica entrar en el cuerpo y encontrar ahí esa sensación especial llamada sensación sentida, que contiene un significado. Es probable que la hayas experimentado a menudo sin darle demasiada importancia. Y es que en general solemos prestar más atención a las emociones. El problema con las emociones es que a veces forman una nube y nos impiden ver con claridad. El miedo sigue siendo miedo, no hay nada más. Sentimos miedo y “sabemos” que es por tal o tal razón pero son narrativas que ya conocemos y que repetimos incansablemente. En cambio, es más difícil llegar hasta el cuerpo. Pero si operamos a nivel de la sensación sentida, podemos sentir que ese miedo, el que estamos experimentando ahora mismo, es diferente del miedo que sentimos ayer por ejemplo. A lo mejor el miedo del día anterior se parecía más a una roca fría en el estómago y el miedo de hoy es más bien una sensación de jalón o un tirón hacia atrás. Si nos quedamos con esa sensación de miedo en el aquí y ahora, puede que encontremos el verdadero motivo por el que estamos tan asustados. Cuando se le presta atención, esta sensación a menudo se transforma y va más allá de lo que creemos saber. Nos lleva a una transición. Conseguimos acceder a contenidos que parecían inaccesibles hasta entonces. Aun así, no quiero insinuar que haya que despreciar nuestras emociones, ojo. Podemos perfectamente empezar identificando una emoción y paulatinamente conectar con la sensación sentida.

  1. Un atención dirigida al interior y acompañada de aceptación y compromiso:

Una vez que estés consciente de la sensación sentida, el siguiente paso es dedicarle una cualidad especial de atención. Una manera de hacerlo es invitar esa sensación a sentarse con nosotros en un banco (imaginario) con el fin de conocerla mejor. Cuando establezcamos esa relación con la sensación sentida, es importante adoptar una actitud de curiosidad hacia ella. Tratemos de evitar poner filtros a través de interpretaciones, racionalizaciones, opiniones, hipótesis o críticas. Esta práctica es parecida a cuando entramos en una habitación oscura. A medida que nuestros ojos se van acostumbrando a la baja intensidad de la luz, empezamos a discernir con más claridad los objetos que nos rodean. La mayoría de la gente no tiene la paciencia de quedarse en la habitación y prefiere salirse directamente. Pero lo que nos lleva a un conocimiento más profundo, es el interés, el deseo, la curiosidad por conocer. Por otra parte, aquí no se trata de intentar cambiar nada, sino de aceptar, o más bien de permitir esa sensación. El cambio ocurre por sí solo, puesto que nuestro mundo interno no es estático, sino que siempre está en movimiento. Cuando mantenemos una atención plena, esa sensación sentida se despliega, se mueve y se transforma en el siguiente paso. Nos interesa el cómo es esa sensación, no el por qué.

  1. Una práctica que facilita el cambio:

La mayoría de la gente está convencida de que para que se de un cambio, uno debe producirlo activamente, y que la fuerza de voluntad o el esfuerzo son los ingredientes básicos para ello. Pero esta filosofía no se aplica al Focusing. Según Focusing, el cambio se produce como parte natural del transcurso de las cosas, y cuando algo no parece cambiar, lo que necesita es atención y consciencia plena, acompañadas de una actitud de aceptación de lo que se nos presenta. El cuerpo sabe lo que necesita, al igual que una semilla de rábano sabe que se va a transformar en un rábano. No tenemos que producir ningún cambio, solamente proveer las condiciones que permitan ese cambio.

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Es preferible practicar este método con un terapeuta o una persona entrenada en Focusing pero también se puede realizar solo utilizando un diario o un cuaderno por ejemplo.

por Jasmine Murga

 
Fuentes:


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      ANTONIO SILVA dijo

    APRENDER Y APRENDER