Cuando nos dejó la Madre Teresa de Calcuta en 1997 fue una gran pérdida, porque pocas personas en el mundo hay como ella. Es una de las figuras más conocidas a nivel mundial y no es para mejor. Mujer de origen albanés pero que se crió en la India, fue una monja que ayudaba a todo aquel que lo necesitaba mientras ella pudiera hacerlo.
Nació en 1910 y su nombre era Agnes Gonxha Bojaxhiu. Fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad de Calcuta. En su afán por ayudar, estuvo al pie del cañón nada menos que 45 años ayudando a moribundos, pobres, enfermos, huérfanos… y al mismo tiempo luchaba por la expansión de su congregación a nivel mundial.
Frases de la Madre Teresa de Calcuta
Siempre intentó ayudar a los demás, pero ganó popularidad en el año 1979 cuando ganó el premio Nobel de la Paz. Para que entiendas un poco más la bondad de su corazón, hemos recopilado algunas de sus frases más profundas, para que entiendas que la bondad… existe. Son frases llenas de sabiduría que deberíamos recordar cada día de nuestra vida.
- Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
- El amor comienza en casa, y no es lo mucho que hacemos… es cuánto amor ponemos en cada acción.
- La paz comienza con una sonrisa.
- El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
- Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos.
- Nunca sabremos todo lo bueno que una simple sonrisa puede llegar a hacer.
- A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
- Si juzgas a la gente, no tienes tiempo para amarla.
- Difunde el amor donde quiera que vayas. No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz.
- Lo que importa es cuánto amor ponemos en el trabajo que realizamos.
- La alegría profunda del corazón es como un imán que indica el camino de la vida.
- Jamás he visto que me cierren una puerta. Creo que eso ocurre porque ven que no voy a pedir, sino a dar.
- Hoy en día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia no lo está hablarle a ellos.
- Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control y podemos confiar plenamente en él.
- La vida es un juego; participa en él. La vida es demasiado preciosa; no la destruyas.
- Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar.
- Yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra a través del agua para crear muchas ondulaciones.
- El amor es una fruta de temporada en todo momento y al alcance de todas las manos.
- El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
- De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo.
- Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
- El silencio nos proporciona una visión nueva de todas las cosas.
- Nunca estarás tan ocupado como para no pensar en los demás.
- Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera. Pero no seas tan sordo como para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.
- La alegría profunda del corazón es como un imán que indica el camino de la vida.
- No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
- Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera. Pero no seas tan sordo como para no oírlas de aquél que las dice desde su corazón.
- Bienaventurados los que dan sin recordar y los que reciben sin olvidar.
- Para que la oración sea realmente fructuosa, ha de brotar del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios.
- Vive sencillamente para que otros puedan simplemente vivir.
- No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
- Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera. Pero no seas tan sordo como para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.
- El hambre de amor es mucho más difícil de eliminar que el hambre de pan.
- La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
- Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
- ¿Cómo puede haber demasiados niños? Eso es como decir que hay demasiadas flores.
- La alegría es fuerza.
- Yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra a través del agua para crear muchas ondulaciones.
- La alegría es una red de amor en la que se pueden coger almas.
- Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.
- Sé fiel a las cosas pequeñas, ya que es en ellas donde la fuerza reside.
- Darle a alguien todo tu amor nunca es garantía de que él también te amará; pero no esperes que te amen, solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona. Y si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo.
- Si no puedes alimentar a un centenar de personas, alimenta a una sola.
- Lo que se tarda años en construir, puede ser destruido durante una noche; construyamos de todos modos.
- Hay muchas personas dispuestas a hacer grandes cosas, pero hay muy pocas personas dispuestas a hacer las cosas pequeñas.