Historias de amor cortas que te harán creer en él

historias de amor

Las historias de amor siempre nos hacen sentir mejor, nos hacen creer que realmente pueden suceder esas cosas, sentir esas emociones tan intensas, ¡y claro que puede ser así! Las historias de amor muy cortas que se pueden terminar durante un descanso rápido son ideales para que tu corazón se sienta más blando de lo normal.

Desde el comienzo de la historia de la narración humana, los humanos han disfrutado de grandes historias románticas desde Romeo y Julieta hasta Helena de Troya. Incluso las historias de terror y aventuras a menudo incluyen un elemento romántico. Todo el mundo quiere sentir algo de ese romance y leer historias románticas muy cortas a menudo es una excelente manera de calmar esa sed.

Ya sea que tus historias favoritas sean lindas historias de romance adolescente o historias de amor de vampiros, hay algo para todos. A continuación vamos a ofrecerte una serie de historias de amor cortas para que creas en él y que te aporten algo de chispa romántica a tu vida. Las podrás leer rápidamente y disfrutar de ellas.

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No puedo creer que seas mía

Fue un otoño glorioso y colorido. Acabábamos de salir de la cafetería. Cuando pasamos, ella se rió y me metió dentro, diciendo: «¡Vamos, tomemos un poco de café caliente!” No me gusta el café, nunca me ha gustado. Pero cuando me entregó mi taza y me miró a los ojos mientras lo probaba, fue lo mejor que he probado en mi vida.

Mi mano todavía hormigueaba donde ella la tocó. Mientras caminábamos por el parque con nuestras bebidas, comenzó a caer una ligera llovizna. Sacó un paraguas de su bolso, me subí la capucha y encogí los hombros. «No seas tonta», se rió, tirando de mí debajo del paraguas con ella. No pude evitar reír también, su risa es contagiosa.

Cuando el sol comenzó a brillar de nuevo, me empujó hacia abajo para sentarme en un banco. Ella me sonrió, y solo pude mirar hacia atrás con adoración.»¿Quién te gusta?» Ella susurró y yo aparté la vista. Quería decir: ‘tú, tú, mil veces tú. Eres en la única persona en la que puedo pensar. Eres hermosa, dulce, divertida y …

En cambio, me encogí de hombros y miré mi taza. Ella me miró con una sonrisa cautelosa. «Si te digo el mío, ¿me dirás el tuyo?” «Bueno.» Dije. «La persona que me gusta… eres tú”.

Conexión en frío

El impacto fue discordante. Inesperado. Doloroso. Para nada cómo es en el cine. Ni los libros. Fue crudo. Su bolsa de mensajero la había revisado con fuerza en el estómago, sin duda varios moretones con ganas de surgir. Su bebida caliente manchó su suéter color crema, sin duda hirviendo en sus manos desnudas.

Ambos paraguas habían sido arrojados a los charcos sucios, las capas de lluvia implacables. A pesar del clima escalofriante, la ropa arruinada y las lesiones corporales, no pudieron escapar de la intensidad de una conexión.

Su mirada estaba fija en el cabello húmedo, preguntándose si el tono rubio era real. Su mirada estaba clavada en sus ojos cada vez más grandes, curioso sobre cuántos tonos de azul podía identificar. Le pidió perdón, le ayudó a levantarse y sin saber por qué, ambos sintieron que conectaron inmediatamente.

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Nunca parece el momento adecuado

Sus ojos, oh sus ojos… Me atraparon todo el tiempo. Nunca podrían clasificarse como un color. Se rebelaron, tomando un tono diferente todos los días. Cada hora. Cada momento. Pero siempre brillaban con esta emoción que nunca podría ubicar. Su sonrisa, oh su sonrisa… Me golpeó el corazón cada vez.

Su sonrisa era algo que nunca debía darse por sentado. Raramente lo mostraba con personas, pero cuando lo hizo, oh, fue mágico. El leve hoyuelo en su mejilla reveló su naturaleza juvenil. Pero siempre se alejaban el uno del otro… El momento nunca es el correcto. Uno estaba en una relación. El otro recién salido de uno. Ambos solteros, pero no listos para mezclarse. O se mezclarían, pero con las personas equivocadas. Fue así durante años…

Su coche estaba cubierto con el polvo blanco endurecido. Ella lo miró sin esperanza. ¿Cómo podría llegar a trabajar en esta condición? Una ligera ráfaga de nieve cae del cielo, mojando su capucha. Ella suspira, extendiendo una mano.

Un copo de nieve cae sobre su mano, derritiéndose casi de inmediato contra su cálida palma. Una sonrisa inclina sus labios, su tardanza a la oficina queda momentáneamente en segundo plano. Él la mira, su cabello desprotegido atrapa los copos de nieve.

Había venido para romper con su novia, cuyo nombre ya había olvidado. No sabía que ella había vivido tan cerca de ella. Era la única mujer que nunca podría tener. Ante su apariencia sorprendida, él dejó caer las llaves. Con la mirada fija en ella, se agachó, buscando en la nieve fría las llaves de su coche. Pero después de golpearse el dedo, corrió el riesgo de mirar hacia abajo y al mirar hacia arriba… ella ya no estaba… de repente desapareció sin saber cómo ni por qué, pero su corazón quedó atrapado, cortó con su novia y solo pensaba en encontrarla a ella de nuevo… y sabía que lo haría y que al fin, estarían juntos. 

El  primer beso

El primer beso es ese que nunca se te olvida, que siempre lo recuerdas porque es una experiencia nueva que te llena el corazón de emociones. Te hace sentir valiente, te hace ser diferente. Pero en realidad, el primer beso no solo es el que diste por primera vez en tu vida. El primer beso es el que cuando lo das por primera vez a una persona, realmente sientes que el mundo se detiene.

Puedes dar muchos besos, pero cuando sientas que ése beso realmente fue el primero que te hizo sentir más de lo que puedas explicar en palabras… entonces será ése tu primer beso. Luego pueden venir más besos sí,  pero siempre tendrás que encontrar ese primer beso que te haga sentir especial.

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Estas son historias de amor que pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar… porque las historias de amor suceden, y solo tienes que vivirlas para sentir su intensidad en tu interior.


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