Reflexiones Profundas sobre la Muerte y la Inmortalidad

  • La muerte es un tabú cultural que varía según las creencias y filosofías.
  • Las religiones aportan consuelo al verla como un tránsito hacia una vida eterna.
  • La ciencia plantea alternativas como la criogenia para enfrentar la mortalidad.
  • Reflexionar sobre la muerte mejora nuestra percepción de la vida cotidiana.
muerte de un ser querido

Es algo habitual, y por habitual que sea no nos acostumbramos a ella: cada día nuestros diarios escritos publican entre 20 y 30 esquelas de personas que fallecen en Navarra, en Pamplona. Unos los conocemos, otros nos suenan los apellidos y muchas veces algunos son de nuestro barrio, de nuestro entorno, de nuestra familia…

La gente se muere, pero no se mueren sólo los demás, un día nos tocará a nosotros, y ese día formaremos parte de esas que la denuncia la al pueblo que hemos dejado de vivir. ¡Qué angustia nos crea solo pensarlo! Pero es la verdad. Algunos lectores dejarán de leer este artículo, y se perderán una ocasión importante para reflexionar sobre la muerte de uno, de ti mismo; como les ocurre a otros, alguna vez nos tocará a nosotros.

Es bueno tenerla presente y no olvidarlo, pero con sosiego, con paz y tranquilidad. Esto se acaba, y lo importante es que llegue sin remordimientos y con las «manos llenas de cosas buenas y de satisfacción personal».

La relación humana con la muerte

visitar una tumba en el proceso de duelo

Nos cuesta aceptar este hecho de la muerte, es como si nombrándola nos viniera antes, y por eso nadie habla de ella. Es un tabú cultural: unos tocan madera, otros dicen «por favor, vamos a cambiar de tema»; y muchos, en su intimidad, ven la edad de quienes hoy han muerto y se dicen: «Es más viejo que yo, normal que se muera», «¡Tiene mi misma edad!…» y, se nos hace un nudo en la garganta. Solo en la intimidad ritualizamos el hecho cada vez que leemos el periódico.

Muchos convierten la muerte en una obsesión negativa. Como si no pensando en ella, jamás viniera, o al revés: pensando más y más -obsesión-, la aparto de mí y me libro de la misma. Este tema ha sido abordado en la cultura por personajes emblemáticos como Buda o Dalí, quien afirmó: «Cada vez menos temo la muerte, porque llegaré a tener fe católica y creeré en la inmortalidad del alma».

Perspectivas culturales y filosóficas

El tema de la muerte y la inmortalidad ha sido tratado por diversas filosofías, religiones y culturas a lo largo de la historia. Ciertas culturas han visto la vida y la muerte como dos caras de la misma moneda. Por ejemplo, los estoicos consideraban que la preparación hacia la muerte era el culmen del arte de vivir, plasmado en su lema: «memento mori», que significa «recuerda que morirás».

Epicuro, por otro lado, expresó que «Mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos». Esta filosofía rompe con el tabú y coloca la certeza de la muerte en la periferia de nuestra vida diaria, lo que permite que vivamos más plenamente.

Cómo influyen nuestras creencias

duelo por muerte

Las creencias influyen significativamente en nuestra percepción de la muerte. Para quienes tienen fe en el más allá, como los cristianos, la muerte no es el fin, sino una transición hacia una vida eterna. Según esta perspectiva, se adquiere «una mansión en el cielo sin hipotecas ni créditos, con un jardincillo y un río por allí, para que la felicidad sea completa».

Sin embargo, estas creencias también han sido objeto de crítica. Ludwig Feuerbach, en su obra «Pensamientos sobre Muerte e Inmortalidad», argumenta que la inmortalidad no es del individuo, sino de la especie; que la dignidad humana reside en la aceptación de nuestra finitud y en buscar lo eterno en la humanidad colectiva. Estas ideas reflejan un enfoque más secular y humanista.

La muerte en la vida cotidiana

La muerte también tiene un papel en cómo experimentamos los días cotidianos. La lectura de esquelas, por ejemplo, nos conecta con el ciclo interminable de la vida y la muerte, recordándonos nuestra humanidad compartida. Una curiosa anécdota cuenta cómo un hombre coleccionaba esquelas de personas más jóvenes que él como un ritual para reafirmarse en la vida.

En otras palabras, la muerte es un recordatorio constante de que nuestras acciones y emociones son finitas, y esto puede motivarnos a transformar nuestros días ordinarios en algo significativo.

Cotidianidad y muerte

La perspectiva científica

Desde un punto de vista científico, la muerte es el cese irreversible de las funciones vitales. Este enfoque, aunque más pragmático, también abre debates filosóficos sobre la ética de la vida prolongada y las posibilidades de superar la muerte a través de avances tecnológicos, como la criogenia o la inteligencia artificial.

Si bien estas ideas pueden parecer futuristas, representan un claro intento de reconciliar la muerte con la insaciable curiosidad y ambición humanas. ¿Podrá la ciencia transformar nuestra visión sobre la muerte e inmortalidad?

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La muerte es el único evento que todos experimentaremos, pero también el que más evitamos conversar. Adoptando una perspectiva que integre las dimensiones culturales, filosóficas y científicas, podemos no solo aceptarla, sino también vivir más plenamente, con el corazón y la mente en paz.


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