Si hay una película que te hará llorar a moco tendido, esa película es “La vida es bella”. En esta película se intenta mostrar cómo siempre, incluso en las más adversas circunstancias se puede ver el lado bueno de las cosas. La vida merece la pena ser vivida, pase lo que pase alrededor. La película cuenta la historia de una familia judío-italiana mientras estuvo en los campos de concentración nazi.
Guido, el protagonista, hace creer a su hijo Giusuè que todo lo que ocurre es un juego y que se esconden para ganar puntos y pasarlo… A pesar de la terrible realidad que les rodeaba. Es una película que te tocará el alma y te hará darte cuenta de cómo hay que vivir la vida como un tesoro, porque solo tenemos una y así podrás saborear cada instante de tu vida. Cada segundo es valioso.
Frases de “La vida es bella”
La película está llena de frases maravillosas que te harán reflexionar sobre la vida, sobre tu vida, sobre la vida y la muerte, sobre la perspectiva de las cosas. Si no has visto la película, una vez que leas las frases te darás cuenta de que tienes que verla, porque es de esas películas que marcan un antes y un después en tus emociones internas. Y si ya la has visto, leer estas frases te harán recordar las lecciones de vida que te transmitió la película la primera vez que la viste.
- Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.
- El silencio es el grito más fuerte.
- Buenos días princesa. He soñado toda la noche contigo. Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo pienso en ti princesa… pienso siempre en ti.
- ¡Tanto lo que veo! nada se me escapa, «aquí estoy» le dije al caos, soy tu esclavo.
- No hay nada más necesario que lo superfluo.
- Con voluntad se puede hacer todo. Yo soy lo que yo quiero.
- ¿Qué clase de lugar es este? Es hermoso: las palomas vuelan, ¡las mujeres caen del cielo! ¡Me voy a mudar aquí!
- Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mí.
- Telegrama urgente. Necesito ir a Berlín de inmediato. ¿Qué son estas flores?
- Hemos ganado 1000 puntos! ¡Un carro blindado, es para morirse de risa!
- El silencio es el llanto más poderoso. ¿Es él tu amigo el poeta?
- La oscuridad, mientras más grande, meno se ve.
- ¡Está prohibida la entrada a los judíos y a los perros!
- ¿Todavía no has comprendido que para hacerme feliz hace falta muy poco? Un buen helado de chocolate, quizá dos, un paseo juntos y que pase lo que tenga que pasar.
- Nunca te has subido a un tren, ¿verdad? ¡Son maravillosos! ¡Todo el mundo va parado, pegado el uno al otro y no hay asientos!
- Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mí.
- Quiero hacer el amor contigo, no sólo una vez, sino cientos de veces, pero a ti no te lo diré nunca, sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida.
- Los girasoles se inclinan ante el sol, pero si los ves demasiado inclinados, significa que están muertos.
- Quiero hacer el amor contigo, no solo una vez, sino muchas veces, pero a ti no te lo diré nunca…
- ¿Cuándo podré ver a mi mamá?
- Eres un buen chico. Duerme y sueña dulces sueños, tal vez los dos estemos soñando. Tal vez todo esto sea un sueño y mañana tu mamá nos despertará con leche y galletas. Después, cuando las comamos, le haré el amor dos o tres veces, si pudiera.
- Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar; dos, los que quieren ver a su mamá; tres, los que tienen hambre y piden la merienda.
- ¡Dios mío, ten piedad! Por favor que esto no sea cierto. ¿Otra cena dónde el prefecto?
- Todo lo que necesito es una firma.
- ¡Papi, me asustaste horrible!
- Oí de un horno a leña, pero nunca vi un horno a hombre. «¡No me queda leña!, ¡metan a este abogado!, este abogado no se quema bien, ¡necesita secarse! ¡Mira ese humo!» Ay Josué, ¿de qué hablas?, botones, jabones y que nos queman en hornos…
- Gusto en conocerte. Soy el príncipe Guido. Todo aquí es mío. Aquí comienza el principado del príncipe. Llamaré a este lugar Addis Ababa. Cambiaré todo eso. Afuera las vacas, vengan los camellos. Incluso unos cuantos hipopótamos. Debo irme, me reuniré con la princesa.
- Todo mundo hace lo que quiere, Joshua. En esa ferretería no dejan entrar españoles ni caballos. Más adelante en la farmacia no dejan entrar ni chinos ni canguros. No les caen bien. ¿Qué puedo decirte?
- ¡Mira!, pararon el tren para dejar que mamá se subiera.
- Y ahora, damas y caballeros, una sorpresa magnífica ofrecida por parte del Grand Hotel. El pastel etiopiano.
- Dijeron que todos los niños teníamos que bañarnos hoy y no quiero.
- ¡Estos tipos están locos! ¡Esto tiene que pesar cien kilos! Debe de hacer como 3.000 grados aquí. ¡Vittorino, no puedo con esto ya!
- ¿Qué es lo podría pasarme? Lo peor que podrían hacerme es desvestirme, pintarme de amarillo y escribirme “mesero judío”. Ni siquiera sabía que este caballo era judío.
- Sarcásticamente) ¡Naturalmente! Nuestra raza es superior. Justo vengo desde Roma a decirles, niños, que nuestra raza es superior. Fui escogido por unos científicos italianos racistas para demostrarlo. ¿Por qué me escogieron? ¿Les digo? ¿Quién va a ser más guapo que yo? (…) Soy un ario puro.
- Dora y yo nacimos en la misma calle. Fuimos a la escuela juntos y tuvimos los mismos amigos. Dora es la mujer de mi vida y yo soy el hombre de su vida; por lo tanto, hemos decidido casarnos el siguiente año. Todos ustedes están invitados el siguiente 9 de abril a la Basílica de Santa María del Pellegrino.
- ¡Hemos ganado!
