Si pregunto cuántos de vosotros tiene estrés, seguro que vería muchas manos levantadas, por no decir la gran mayoría. En muchas ocasiones intentamos cuidar nuestro cuerpo y es algo que debemos hacer sí o sí, pero no debemos descuidar nuestra mente. Porque ella es la principal vía para que nos sintamos mucho mejor. ¿Quieres conocer algunas técnicas para reducir el estrés?
El estrés puede derivar en ansiedad y desde luego, ni uno ni otra son queremos tenerlos en nuestra vida. Así que, debemos hacer todo lo posible para evitarlos. Es cierto que muchas veces no sabemos por dónde comenzar y esto requiere de un poco de ayuda. ¡Así que, te la ofrecemos a través de estos remedios que debes poner en práctica cuanto antes!
Mantén una dieta saludable para reducir el estrés
A veces no vemos la relación que tiene una buena dieta con la mente y desde luego es básica. Porque para reducir el estrés también lo podemos hacer a través del consumo de alimentos saludables y no de todos aquellos que nos pueden alterar mucho más. No hablamos de dejar de comer sino de apostar por un equilibrio donde las verduras y las frutas estén presentes, al igual que las proteínas de la carne o del pescado y que haya espacio para los carbohidratos. Si no sabes por dónde comenzar siempre es importante ponerte en manos de expertos y si tienes un seguro privado o lo estás pensando, entonces usa la comparativa seguro salud, para poder elegir a los mejores profesionales que te guíen en todo momento.
Practica ejercicio cada día
Aunque no tengas demasiado tiempo, cada día debes practicar ejercicio. Porque con ello, eliminarás todas esas presiones en forma de estrés que llevas acumuladas. Al mismo tiempo también vas a mejorar las funciones cardiovasculares y respiratorias, que son realmente importantes. Al aumentar las endorfinas nos sentiremos mucho mejor, con más energía y más ánimo. Lo que se traduce en una visión más positiva que nos lleva a ver las cosas de otro modo y eso es lo que necesitamos.
El control de la respiración
Además del ejercicio físico en sí, las técnicas de respiración debemos tenerlas muy presentes. Porque con una respiración adecuada, mantendremos el estrés siempre a raya. Puedes comenzar cuando te vayas a acostar, porque será un momento en el que tu entorno estará más tranquilo. Te tumbas en cama y comienzas a realizar respiraciones profundas, inflando la barriga al inspirar y al exhalar soltamos todo el aire pero lentamente. Repetimos varias veces y luego, comenzamos a contar. Es decir, realizamos la misma inspiración pero al soltar el aire, lo hacemos en dos veces, luego en tres y así sucesivamente hasta 10 o hasta que te duermas.
Vive el presente
Tendemos a pensar en el pasado y sobre todo, en el futuro. Sí, es algo inevitable pero cuando queremos reducir el estrés debemos controlarlo. Por eso, se aconseja ir viviendo el presente, arreglando las cosas que tenemos delante pero sin preocuparnos en exceso por lo que vendrá. Porque cuando llegue, ya tendremos tiempo de actuar y de pensar. ¿Para qué vamos a adelantarnos? Realmente no nos llevará a ningún buen puerto. Así que, cuando nos centramos en el hoy y disfrutamos más de cada día viendo las cosas de manera más positiva, le estamos abriendo la puerta al estrés, pero para que salga.
Detecta el pensamiento negativo y elimínalo
Aunque pueda sonar muy fácil, no siempre lo es. Los pensamientos negativos son los que nos llevan a generar miedo y como resultado de ello, a tener ansiedad. Por eso, cuando llegan a nuestra mente, no debemos hacerles caso. Es más, intentaremos parar la actividad que estamos haciendo para cambiarla por otra o incluso podemos comenzar a tararear nuestra canción favorita. Son métodos para interrumpir esa negatividad que no nos hace bien. Cuando no les damos paso y nos centramos en otros temas, entonces no seguirá acechándonos.
Decir no también es saludable para reducir el estrés
Para reducir el estrés también debemos decir que no cuando sea preciso. Ya que a veces por miedo o porque no nos gusta delegar en nadie, seguimos con una gran carga en nuestra espalda: el trabajo, la casa, la familia y mucho más puede llegar a hacer que el estrés entre en tu vida. De manera que siempre conviene que pidas ayuda cuando lo necesites, que es algo que va a favorecer tanto las relaciones como tu propia salud. Recuerda que: ‘Si tienes solución no debes preocuparte, pero si no la tiene, tampoco’.