Hay un anuncio de Adidas, de esos que acaban con el lema de Nothing is impossible (‘Nada es imposible’), protagonizado por Lionel Messi. En el anuncio Messi hace alusión a la enfermedad hormonal que padeció de niño que finalmente se convirtió en una ventaja para él.
Los padres de Messi detectaron, cuando era niño, que su crecimiento no era el esperado para un niño de su edad. Cuando Messi tenía 9 años, su crecimiento estaba estancado.
Unos análisis detectaron una deficiencia en la hormona del crecimiento. No se trata exactamente de una enfermedad sino de una «condición médica».
Messi dice que, como era más pequeño, tenía más agilidad frente a sus adversarios y realmente destacaba muy por encima de los demás en el terreno de juego. Tanto es así que el mismísimo River Plate se interesó por él, pero finalmente lo rechazó al enterarse de su problema de crecimiento y de que su tratamiento era de alto coste mensual.
Me he encontrado con esta joya de vídeo en el que se puede ver a Leo Messi con tan solo 10 años:
Su padre decidió trasladarse a Lleida con Lionel cuando éste solo tenía 13 años. El Barcelona ya estaba interesado por el jugador. Carles Rexach, en cuanto vio su agilidad en el terreno de juego, instó al club a que fichara a ese niño al que apodaban «La Pulga». El contrato fue tan apresurado que la firma se hizo en una servilleta de papel
Messi empezó a entrenarse en La Masia, la escuela de fútbol del FC Barcelona. El club se hizo cargo del tratamiento del jugador en Barcelona, que consistía en inyecciones de HGH (hormona del crecimiento humano). Se le pusieron inyecciones durante más de cuatro años.
Si Messi no se hubiera tratado de su problema hormonal su crecimiento se hubiera estancado de por vida. Pero no solo eso, una deficiencia de esta hormona del crecimiento tiene otros efectos en el bienestar general (debilidad), falta de energía, la densidad ósea (osteoporosis), la masa muscular, etc. Una pobre calidad de vida.
Inyectarse esta hormona del crecimiento no significa que la persona vaya a seguir creciendo indefinidamente. Simplemente a la mayoría de edad se detiene el crecimiento por cierre de las placas de crecimiento, determinado por la genética.
Qué es el déficit de hormona del crecimiento
La hormona del crecimiento es una sustancia natural producida por la glándula pituitaria y desempeña un papel clave en la estatura, la composición corporal y el metabolismo. Cuando existe déficit (DHC), el organismo no fabrica suficiente hormona y el niño presenta talla baja, retraso en el desarrollo y, en ocasiones, menor masa muscular y densidad ósea.
El tratamiento es sustitutivo con una hormona sintética de acción equivalente, indicada por endocrinología pediátrica. Se pauta de forma crónica y controlada, y su objetivo es normalizar el crecimiento, no ofrecer ventajas deportivas.
Cómo fue el tratamiento de Messi de niño
El propio Messi ha contado que se inyectaba la hormona cada noche, alternando zonas para evitar molestias. Al principio le ayudaban sus padres y, con el tiempo, aprendió a autoinyectarse. Hablaba de agujas pequeñas y de parte de su día a día que, más que dolorosa, se volvió parte de su día a día.
Su baja estatura en la niñez, que le valió el apodo de La Pulga, convivía con un talento descomunal y una agilidad fuera de serie. Esa combinación de biología y entrenamiento, sumada a la adherencia al tratamiento, permitió que alcanzara la talla de adulto prevista por su genética.
Coste del tratamiento, opciones en su país y apuesta del Barça
El tratamiento con hormona del crecimiento puede ser costoso y no siempre está cubierto en su totalidad. Hubo interés de River Plate, pero no prosperó por cuestiones económicas relacionadas con la continuidad terapéutica. La aparición del FC Barcelona resultó decisiva: asumió la cobertura y le brindó el entorno deportivo y médico idóneo en La Masia.
Cuando Messi llegó a la cantera culé, su complexión era la de un adolescente con retraso de crecimiento, pero su juego maravilló a los técnicos. Carles Rexach impulsó su fichaje, y la famosa «servilleta» simboliza esa apuesta tan firme como rápida.
Mitos y realidades: terapia, dopaje y rendimiento
La hormona del crecimiento está prohibida en deportes de competición cuando se usa sin indicación médica. El dopaje con GH en adultos sanos busca alterar el rendimiento, con riesgos para la salud. Distinto es el caso de un niño con DHC: la terapia repone lo que su cuerpo no produce, corrige una carencia y se interrumpe al completar el crecimiento.
En el caso de Messi, cuando llegó a la madurez ósea se finalizó el tratamiento, desmontando las teorías que pretenden explicar su carrera por esa medicación. Su rendimiento se entiende por talento excepcional, trabajo y disciplina, no por una ventaja farmacológica.
Curiosidad
La hormona del crecimiento está prohibida en los deportes competitivos por razones obvias. Sin embargo, esto se refiere a los deportistas que se la inyectan y ya están produciendo su propia hormona de crecimiento. Esto puede dotarles de un mayor rendimiento pero puede llegar a ser malo para su salud a largo plazo.
En el caso de Messi, cuando llegó a la mayoría de edad se le dejó de inyectar esta hormona del crecimiento, así que este hecho desmonta algunas teorías conspiranoicas que atribuyen al HGH el excelente rendimiento del delantero azulgrana.
Por qué conocer estas historias importa
Existen casos reales que muestran las dos caras del DHC: personas que no pudieron completar el tratamiento por falta de recursos y arrastran baja estatura y consecuencias en su desarrollo, y familias que, guiadas por especialistas y un apoyo psicológico constante, acompañaron a sus hijos durante miles de inyecciones a lo largo de años, encontrando en Messi un referente de constancia y esperanza.
Cuando el diagnóstico es temprano y la adherencia es buena, los resultados suelen ser muy favorables. Esa es la lección de esta historia: el papel del acceso al tratamiento, el seguimiento médico y la motivación para sostener una rutina exigente que, como le ocurrió a Messi, puede cambiar vidas.
