Quizás te estés preguntando qué es el sesgo del «costo hundido». Para los que no lo sepan, el sesgo del «costo hundido» es la resistencia que tiene una persona a abandonar un proyecto en el que ha invertido mucho dinero y esfuerzo, aun cuando la evidencia actual indica que continuar no es lo más racional. Este fenómeno aparece en la vida cotidiana, en las finanzas y en proyectos públicos o privados.
Un estudio reciente ha concluido que solo 15 minutos de meditación mindfulness pueden ayudar a las personas a eliminar este tipo de sesgo. La investigación, publicada en la revista Psychological Science, examinó los efectos de la meditación en ese tipo determinado de sesgo mental (Hafenbrack et al.). La evidencia sugiere que entrenar la atención en el momento presente reduce el apego emocional a inversiones pasadas.
Antes de explicar más detalladamente las conclusiones de esta investigación, os dejo un vídeo en el que tratan un poco con más profundidad sobre este tema del Mindfulness:
El sesgo del «costo hundido» puede resultar un gran problema para las personas, las empresas e incluso para los gobiernos. De hecho, a este sesgo también se le conoce como «Concorde effect« pues hace alusión al proyecto conjunto que desarrollaron Francia y Gran Bretaña que consistió en fabricar un super avión que costó mucho más de lo esperado. Incluso cuando se vio que el proyecto era inviable, se siguió gastando dinero simplemente porque ya se había hecho una inversión importante; es útil preguntarse qué harías si no te importase el dinero.
Los efectos del sesgo «costo hundido» se pueden ver en los proyectos públicos que cuestan mucho más de lo presupuestado, y reflejan cosas que nos impiden seguir avanzando. También aparecen en inversiones personales (mantener acciones perdedoras), relaciones (seguir por el tiempo invertido) o carreras profesionales (no cambiar por miedo a “tirar por la borda” lo estudiado).
Cómo la meditación mindfulness reduce la falacia del costo hundido
Los investigadores crearon un escenario de negocios que fue diseñado para probar el sesgo costo hundido. Hicieron dos grupos: un grupo recibió una sesión de meditación mindfulness durante 15 minutos y el otro grupo de control no recibió nada. En el grupo de control el 40% de las personas fueron capaces de resistir al sesgo hundido. Sin embargo, casi el 80% de los que hicieron ese tipo de meditación fueron capaces de resistir este sesgo, similar a lo que se obtiene al tratar de vencer la procrastinación. La práctica centró la atención en el presente y redujo la rumiación sobre “lo ya invertido”.
Los investigadores obtuvieron resultados similares en otro experimento y luego pasaron a examinar exactamente cómo la atención plena es útil. En un tercer experimento se encontraron con que el mindfulness aumenta la concentración en el momento presente, como debe ser. Este enfoque disminuye emociones negativas (culpa, frustración y miedo a “perder”) que mantienen vivo el sesgo del costo hundido.
Pensar con claridad
«La paz mundial se alcanzará cuando suficientes personas tengan paz interior para construirla.» – Peace Pilgrim
Uno de los puntos fuertes de la meditación es que enfoca la mente en el momento presente y ayuda a cambiar tu vida con tus pensamientos. Cuando aparece la tentación de “seguir porque ya empecé”, la atención plena permite evaluar costes y beneficios futuros sin quedar atrapados por el pasado, favoreciendo decisiones más racionales.
Un enfoque en el presente reduce los sentimientos negativos asociados al sesgo del «costo hundido»: esa impotencia de sentir que mucho tiempo, dinero y esfuerzo se van a la basura. Esta regulación emocional significó que los participantes estaban mucho mejor equipados para resistir el sesgo.
El sesgo de negatividad
Este hallazgo se basó en una investigación anterior que encontró que la meditación también puede ayudar a combatir el «sesgo de negatividad»: la tendencia natural de las personas a centrarse demasiado en la información negativa, y está en línea con 8 pautas para tu crecimiento espiritual. Reducir este sesgo mejora la valoración objetiva del “coste de abandonar” frente al “coste de continuar”.
Si este tipo de mejoras se pueden ver con tan solo 15 minutos de meditación, imaginaros cuánto puede mejorar el pensamiento y la toma de decisiones con una práctica constante de meditación. La consistencia multiplica los beneficios al fortalecer atención, ecuanimidad y claridad.
Sesgos que se combinan con el costo hundido y cómo mitigarlos
- Aversión a la pérdida: duele más perder que ganar lo equivalente. Mindfulness ayuda a aceptar el riesgo con serenidad y a decidir por expectativa de valor.
- Confirmación y efecto manada: buscamos datos a favor de seguir e imitamos al grupo. La atención plena favorece observar sin reaccionar y contrastar información.
- Anclaje y disponibilidad: nos fijamos en el precio pagado o en recuerdos vívidos. La práctica entrenada desancla del primer dato y promueve revisar métricas actuales.
- Exceso de confianza e ilusión de control: sobreestimar capacidades o creer que “esta vez saldrá”. Mindfulness introduce humildad cognitiva y visión probabilística.
Aplicaciones en finanzas e inversión (finanzas conductuales)
Las finanzas conductuales explican por qué no siempre decidimos de forma racional. La teoría de las perspectivas describe la asimetría entre pérdidas y ganancias, y la neuroeconomía muestra cómo emoción y control cognitivo interactúan en el cerebro. Integrar mindfulness en el proceso inversor reduce impulsividad y sesgos.
- Plan previo: reglas de entrada/salida, límites de pérdidas y rebalanceos. La meditación facilita cumplir el plan durante la volatilidad.
- Diario de decisiones: registra motivo, emoción y resultado de cada operación; identifica patrones de miedo/codicia y coste hundido.
- Herramientas automáticas: stop-loss y alertas reducen la reacción emocional; una breve pausa de mindfulness antes de ejecutar ayuda a evitar impulsos.
- Diversificación y educación: carteras equilibradas y formación continua disminuyen errores sistemáticos y dependencia del pasado.
Para monitorizar progreso, usa KPI conductuales: frecuencia de romper el plan, veces que cancela un stop por “recuperar”, ratio de operaciones hechas tras una pausa consciente y nivel subjetivo de impulsividad anotado en el diario.
Mini protocolo de 15 minutos y práctica sostenida
- Respiración anclada (3 min): postura estable, atención a la exhalación.
- Escaneo corporal (3 min): nota tensión asociada a “no quiero perder”.
- Observa pensamientos (3 min): etiqueta “pasado/invertido” y suéltalo.
- Re-enfoque al presente (3 min): ¿qué opción maximiza valor esperado ahora?
- Intención (3 min): “actúo según datos presentes, no por apego”.
Para impacto acumulativo, añade práctica diaria de 8–12 minutos, micro-pausas de 60–120 segundos antes de decisiones con dinero o tiempo en juego, y una revisión semanal consciente del diario de inversión o de proyectos personales.
Ejemplos cotidianos donde aplicar mindfulness
- Estudios y carrera: evaluar si seguir una formación por “lo ya cursado” o redirigir; pausa consciente para priorizar futuro.
- Relaciones: distinguir compromiso de apego por historial.
- Compras y proyectos: reconocer anclaje al precio pagado y recuperar flexibilidad para vender o cerrar.
Si gestionas equipos o proyectos, introduce checkpoints mindful: preguntar “¿seguiríamos si empezáramos hoy?” y justificar solo con métricas actuales. Esta simple pregunta reduce escaladas irracionales de compromiso.
La meditación mindfulness no solo calma: proporciona un espacio entre el impulso y la acción para evaluar con lucidez. En decisiones personales, profesionales y financieras, esa brecha permite soltar el peso del pasado y orientar recursos a opciones con mejor expectativa, minimizando la falacia del costo hundido sin perder lo valioso aprendido.