La meditación y las enfermedades mentales

Entre las informaciones que han salido a la luz sobre  Aaron Alexis (34 años),  el hombre sospechoso de matar a 12 personas en un tiroteo en las instalaciones de la Armada de los Estados Unidos, en la ciudad de Washington, destacó una: era un meditador regular.

meditación y enfermedades mentales

¿Cómo alguien que se dedica a la meditación, que se supone que ha aprendido a enfocar su  mente,  lo cual se asocia con la disminución de la violencia en el comportamiento, en lugar de fomentarla, realice los actos de los que Alexis está acusado?

Alexis tenía antecedentes por  conducta  violenta. Su padre  dijo que los problemas de su hijo provenían de la  ira relacionada con el estrés post- traumático, sufrido tras haber participado en las labores de rescate durante los ataques del  once de septiembre en la ciudad de Nueva york. Un antiguo jefe, que conoció a Alexis en un templo budista en la ciudad de Fort Worth en Texas, dijo que era un bebedor empedernido y que asistía a las prácticas de meditación del centro con regularidad.

La mayoría de las personas ven la meditación como algo  aburrido e inofensivo, pero a medida que los estudios, sobre las personas que la practican, comienzan a mostrar la forma en que esta práctica puede ayudar a combatir el estrés, la presión arterial, las adicciones y muchos otros trastornos mentales y físicos, también está cada vez más claro que la meditación no siempre es tan benigna, especialmente si se usa en un contexto donde existe enfermedad mental.

La revista Time informó que: las personas con depresión o experiencias  traumáticas, pueden sentirse cada vez más ansiosas durante la meditación, o sus prácticas pueden llenarse de pensamientos intrusivos, sentimientos e imágenes del pasado.

Por eso la investigadora de la  Universidad de Washington, Sarah Bowen, sugiere que las personas con problemas de depresión o trauma, que quieran beneficiarse de la meditación, deben tratar con la orientación de expertos.  «Si te quedas atascado en algunas meditaciones, hay maneras de trabajar con eso», dice, «Es importante contar con profesores que estén muy familiarizados con la meditación para guiarle en la práctica».  Los expertos pueden hacerle saber a la gente lo que debe esperar, y ofrecer apoyo emocional para ayudarles a superar los momentos difíciles.

La neurocientífica de la Universidad de Brown, la Doctora Willoughby Britton, quien ha publicado una investigación que demuestra cómo la meditación puede ser utilizada en el tratamiento de la depresión, está llevando a cabo lo que ella llama el proyecto «Noche Oscura», que explora las partes difíciles en cuanto a la práctica de la meditación.

Britton se inspiró, para hacer su investigación, en dos pacientes que trató durante su residencia en psiquiatría, ambos participaban en un retiro de meditación y tuvieron que ser hospitalizados por síntomas que desarrollaron durante la práctica. Más tarde asistió a un retiro, y experimentó por sí misma lo que era seguir la meditación y llevarla hasta  un estado mental extremo y doloroso. Como ella describió en una entrevista: «pensé que me había vuelto loca, que estaba teniendo un ataque de nervios. No tenía ni idea del porqué de repente estaba sintiendo todo eso, el terror en ese momento era mi síntoma principal”

Con el tiempo aprendió que la ansiedad abrumadora, el miedo y el dolor emocional pueden ser etapas dentro de la práctica de la meditación, que son bien conocidas en Oriente, pero que estas mismas experiencias pueden dar pie a ser síntomas lo suficientemente graves como para merecer un diagnóstico psiquiátrico.

Aunque la investigación de Britton no se ha publicado aún, hay suficientes anécdotas sobre estas experiencias oscuras, en los escritos sobre la meditación, que sugieren precaución en la prescripción de esta práctica a los enfermos mentales graves, sin que tengan un guía apropiado.

Si bien es imposible saber la incidencia que haya podido tener, pero se sabe que si que la ha tenido, la práctica de la meditación en los estados mentales de Alexis. Está claro que la mayoría de las terapias y prácticas que son lo suficientemente potentes como para tener efectos positivos, también son capaces de hacer daño cuando se utilizan de forma incorrecta y en  personas no preparadas, o no indicadas para dicha práctica.

Al enfrentaros a la práctica de la meditación, nuestra actitud no tiene porqué diferir de la actitud que tenemos ante cualquier otra cosa en la vida. En nuestra vida diaria si estamos haciendo algo que no nos hace sentir bien, dejamos de hacerlo y buscamos otra manera, o bien lo descartamos; en la práctica de la meditación no tiene porqué ser diferente: una persona decide por sí misma si lo que está haciendo le hace bien y quiere seguir haciéndolo.  Aunque el asesoramiento de una persona profesional o experta en la práctica es recomendable, nunca podrá sustituir a nuestro propio criterio. Fuente

[11/10/2013 0:00] alvaro gomez

Artículo escrito por Álvaro Gómez. Más información sobre Álvaro aquí


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