La infancia es uno de los mayores momentos increíbles de la vida, pero también puede ser muy traumática: las experiencias negativas pueden crear marcas psicológicas difíciles de superar. Cualquier particularidad física tales como la altura, el color de la piel, el corte de pelo, llevar gafas, etc, puede convertirse en un hazmerreír para los compañeros de colegio.
Sin embargo, es necesario incidir mucho más en concienciar, tanto a niños como a padres, para que estas diferencias sean aceptadas con normalidad.
Una campaña organizada por Children’s Healthcare de Atlanta, en colaboración de la fotógrafa Kate T. Parker, intenta elevar la autoestima de los niños con cicatrices.
Kate cree que todos tenemos nuestras propias cicatrices, pero a menudo ni siquiera son marcas físicas. «Mi esperanza es que la gente pueda reconocer estas mismas cicatrices y no las vea como un fracaso o algo que haya que ocultar», explicó en el diario Huffington Post.
Es por esto que fotografió a niños que llevan marcas en la piel y no se avergüenzan de ellas:
1) «He trabajado duro para estas cicatrices. Estoy orgulloso de estas cretinas».
Emmy, seis años, diagnosticada con anemia de células falciformes.
2) «Mis cicatrices son mi historia».
Nylah, 16 años, utilizaron parte del hueso de su pierna para reconstruirle la mandíbula.
3) «Me hicieron de esta manera por alguna razón.»
Lester, 7 años. Nació con labio leporino y el paladar hendido.
4) «No tengo nada que decir. Mi cicatriz le dice a la gente que he sobrevivido a algo grande.»
Cierra, 15 años, tenía cáncer de hueso.
5) «Las cosas suceden. Levantarse, superarlo y seguir tu sueño».
Christina, 8 años. Se fracturó la rodilla.
6) «Sus ojos dicen que es una luchadora. Sus cicatrices demuestran que ella es un guerrera.»
Ava, de 2 años, que ha superado una cirugía de corazón.
7) «¿A quién le gusta la perfección? La perfección es aburrida.»
Nour, 11 años. Tiene una pierna amputada debido a un cáncer.
8) «Puedo hacer frente a cualquier cosa. Incluso a los acosadores».
Julian, de 10 años, tiene dos piernas ortopédicas.
9) «Nada me puede detener».
Amelia, de 3 años, nació con un defecto congénito en el corazón.