La sangre es un tejido renovable que forma parte de los organismos, y las células que forman parte de este tejido son producidas en la médula ósea en forma continua. Como todos sabemos, la sangre cumple funciones vitales en organismos de múltiples especies, como la defensa ante infecciones, los intercambios gaseosos y la distribución de nutrientes.
¿Sabías que la sangre está compuesta por un conjunto de células en disolución coloidal? Pues sí, la sangre contiene una composición celular formada mayormente por glóbulos blancos y rojos, suspendidos en un medio líquido y nutritivo. Ese medio líquido se le conoce como plasma sanguíneo.
Aunque generalmente pensamos en el concepto en forma global sin considerar separadamente sus componentes, lo cierto es que el plasma de por sí constituye un elemento que cumple múltiples funciones de relevancia para el funcionamiento del organismo.
Definición de plasma como componente sanguíneo
El plasma sanguíneo es un fluido de naturaleza salada, color amarillento o ambarino, de tonalidad traslúcida, en el que se encuentran inmersos elementos denominados “formes”, que constituyen la parte celular de la sangre. Se trata no sólo de la fracción líquida de este vital fluido, también es la más abundante, ya que constituye en 55% del volumen total de la sangre.
La función principal de este componente es la de transportar nutrientes y desechos de los procesos vitales.
Composición del plasma sanguíneo: Se constituye en una solución acuosa, de carácter coloidal, constituido por 91 % de agua, y sólidos suspendidos en ella. Se ha determinado que presenta una densidad semejante a la del agua, aunque es ligeramente superior, ya que los sólidos presentes, como son las proteínas influyen sobre la viscosidad.
El mayor componente disuelto lo constituyen las proteínas (8%), entre las que se pueden nombrar:
- Globulinas: Son sintetizadas en el hígado y constituyen anticuerpos contra enfermedades de carácter infeccioso.
- Fibrinógeno: Cumpliendo un papel importante en la coagulación, esta proteína es parte importante de la composición del plasma.
- Albúminas: Representan el 60 % de las proteínas del plasma, al igual que las anteriores se originan en el hígado, y su papel es de realizar transporte de lípidos y hormonas esteroides. También se les atribuye la responsabilidad en procesos como el de presión oncótica, el cual es de vital importancia en el mantenimiento del equilibrio en líquidos que irrigan los órganos.
- Lipoproteínas. Surten un efecto buffer o tampón, amortiguando cambios de pH en la sangre.
También es importante hacer mención de aquellos componentes que constituyen una proporción inferior (trazas), de apenas el 1 % de la composición total del plasma, sin embargo es de relevancia tener consciencia de ellas: glúcidos, lípidos, hormonas, enzimas, urea, sodio, potasio y carbonatos.
Extracción del plasma
Es común confundir el plasma sanguíneo con un líquido de diferente constitución denominado suero, ya que ambos provienen del flujo sanguíneo, sin embargo, la diferencia fundamental entre ambos es la composición, ya que el plasma es la parte líquida de la sangre sin coagular, por lo tanto, tiene una constitución más nutritiva, mientras que el suero es la parte líquida de la sangre coagulada, por lo que carece de componentes como el fibrinógeno.
Cuando la sangre es extraída de los vasos sanguíneos, permanece un corto tiempo en estado líquido; para evitar que ocurra la coagulación, es común recurrir a la adición de sustancias anticoagulantes como la heparina, citrato de sodio y ácido etildiaminotetracético (EDTA). Posteriormente, la sangre no coagulada se centrifuga usando los tubos de Wintrobe, en los que las células sedimentan en el fondo del tubo.
Como producto de este proceso observamos en el tubo tres fases diferenciadas: una de color amberino (plasma) de menor densidad que se ubica en el tope, en el centro encontramos una fase pequeña de color blanquecino constituida por las plaquetas, y en el fondo, la fase celular que es más densa de color rojizo.
Usos del plasma
En diversos sectores de la medicina, los científicos se han aprovechado de las propiedades generativas del plasma para el tratamiento de afecciones cutáneas, también su acción como agente coagulador ha permitido el desarrollo de terapias para pacientes con deficiencias hematológicas, lo que les ha permitido mejorar su calidad de vida, ya que pueden desarrollar sus actividades cotidianas con normalidad.
Bioterapias: Estas terapias están basadas en el uso del plasma sanguíneo en el tratamiento de trastornos de coagulación como es el caso de la hemofilia y las inmunodeficiencias primarias. También se ha extendido su uso al tratamiento de desórdenes neurológicos.
Procedimiento estético: El plasma en la piel estimula el fibroblasto, el cual consiste en un componente que promueve su elasticidad, tratándose del principal componente de la piel, que incrementa la producción del ácido hialurónico, la elastina y el colágeno, los cuales retardan el envejecimiento, y esto se traduce en la reducción de arrugas, flacidez, y también se ha extendido su uso en el tratamiento de estrías. También puede ser aplicado en forma preventiva, en el caso de pieles más jóvenes, o como terapia de regeneración en pieles envejecidas.
La aplicación de plasma rico en plaquetas es un procedimiento específico, lo que quiere decir, que se requiere que debe ser extraído de la sangre del mismo paciente, esto se hace para reducir el riego de alergias y rechazo del tratamiento. Constituye un procedimiento Es un procedimiento indoloro y ambulatorio; se requieren aproximadamente de 45 a 60 minutos.
En este ámbito también se engloba su uso para el tratamiento de lesiones en la piel ocasionadas por quemaduras.
Tratamiento para la artrosis de rodilla: Observando su acción en la reducción de la rigidez y regeneración en los cartílagos, se han desarrollado terapias en el que el uso de plasma sanguíneo se ha popularizado en el tratamiento de artrosis en rodilla, observando que se favorece la recuperación hasta 73% de los casos.
Funciones del plasma sanguíneo
La mayoría de sus funciones están derivadas de la acción de las proteínas contenidas en este fluido. A continuación, se detalla su participación en múltiples procesos de relevancia en el organismo:
En la coagulación: La coagulación es en esencia un mecanismo de defensa del organismo, en el que el coagulo constituye una masa densa y semisólida que obstruye los vasos sanguíneos rotos. El plasma interviene en este proceso, ya que aporta tres sustancias que intervienen de manera esencial como lo son la protrombina, fibrinógeno y los iones de calcio. Durante la coagulación, la protrombina y el ion calcio (Ca++) forman la trombina, que se trata de una proteína encargada de convertir el fibrinógeno (en acción conjunta con calcio) en filamentos insolubles de fibrina, la que constituye una red tridimensional que atrapa a los eritrocitos y los leucocitos, originándose esa masa densa de fibrina y células sanguíneas, denominada coágulo.
Transporte: Ya que permite el transporte de nutrientes, gases y desechos producidos en procesos metabólicos y celulares. En general, esta función transportadora es la que propicia el intercambio de sustancias entre os órganos.
Función electroquímica: Las proteínas del plasma son de naturaleza permeable, y por ello se retienen en el compartimiento vascular, y esto tiene una influencia directa en la presión osmótica. Cuando estas las proteínas, que son moléculas de gran tamaño, no se difunden a través de una membrana semipermeable, su presencia en este medio altera la distribución de las partículas con carácter iónico. Esta propiedad determina su papel en la regulación de electrolitos.
Presión oncótica: Para el mantenimiento de este tipo de presión hidrostática, las proteínas inmersas en el plasma, ejercen un efecto directo, como mencionamos en ítem anterior, sobre la presión osmótica. Y ese efecto está muy asociado a la acción de de estas moléculas de gran magnitud sobre los vasos sanguíneos. Las proteínas ejercen presión, debido a que el movimiento del agua se produce motivado por un gradiente, es decir se dirige desde una zona de mayor potencial a una de menor, por ello, el agua del cuerpo humano se dirigirá siempre al lugar donde haya una mayor concentración de alguna sustancia disuelta.
En el caso de las proteínas contenidas en el plasma, ocurre que existe una mayor concentración en el plasma sanguíneo que en el líquido intersticial (que es el que baña a las células de los tejidos), lo que hace que el agua de este líquido tienda a entrar para regular la presión hídrica de ambos lados de la pared del capilar. De esta manera, se mantiene el volumen plasmático y el volumen total de sangre de una persona.