En los pueblos que la población es demasiado pequeña la educación es limitada y no existe el caos de una escuela convencional. Si has ido a un colegio de un pueblo pequeño, todo lo que te vamos a contar te va a sonar, porque serán cosas que las personas que han ido a una escuela más grande o de ciudad, nunca (y repetimos: nunca) podrán entender.
Son cosas que habrás guardado en tus recuerdos, y quizá ahora comenzarás a revivirlo en tu corazón… porque son cosas que se formaron en tus recuerdos junto con tus cuatro o cinco compañeros de clase.
Estas señales son sin duda muy divertidas y te harán sonreír porque al mismo tiempo son verdades… ¿Estás preparado/a? ¡Sigue leyendo y dinos si se nos olvida alguna!
Señales de que fuiste a un colegio de pueblo pequeño
- La lista del súper era más grande que la de los alumnos
- Un mismo profesor para casi todas las materias
- Sabías el nombre de todos, como el de todos.
- Sabías los nombres de tus maestros, sus parejas y quizás sus hijos.
- Si algo iba mal lo sabías a la hora del almuerzo.
- Era genial hacer todas las clases con tus amigos.
- Tenías atención casi personalizada en clase.
- Era más fácil arreglar los conflictos con los amigos.
- Toda tu clase eran tus mejores amigos.
- Te enterabas de todo, de todos.
- Podías ir caminando a la escuela sin peligro.
- Tus maestros podrían identificarte conociendo a tus hermanos.
- Todo el pueblo iba a los partidos de fútbol.
- Conseguir nuevos estudiantes era misión imposible.
- Si había un nuevo estudiante era todo un acontecimiento en la escuela.
- Si no conocías la vida de alguien, era demasiado extraño.
- Tú y tus hermanos teníais los mismos maestros y libros de texto, a pesar de que prácticamente estáis separados por décadas.
- Los viajes de estudio fueron generalmente decepcionantes y a cinco minutos de su escuela.
- Probablemente saliste con uno de los ex de tu amigo porque tus opciones eran limitadas.
- Te forzaron a vender las mejores barras de chocolate del mundo para literalmente cualquier evento escolar.
- Probablemente llegaste tarde a la escuela una o dos veces porque si tenías que ir en coche, tus padres se quedaban detrás de un maldito tractor.
- Todos los viernes por la noche estaba dedicado a los deportes, te gustara o no.
- Y cada evento deportivo siempre fue noticia de primera página en su periódico local.
- Si querías ropa nueva para la escuela, tenías que viajar un MÍNIMO de 30 minutos para encontrar el centro comercial más cercano.
- Rápidamente te diste cuenta de que tus maestros tenían una vida fuera de la escuela porque te encontrabas con ellos a menudo.
- La feria del pueblo siempre era lo más comentado en la escuela.
- Pasaste la mayor parte de tu tiempo fuera de la escuela simplemente navegando y haciendo estupideces por el pueblo.
Señales que fuiste a un colegio de Secundaria o Instituto de pueblo pequeño
Una vez llegados a este punto, también vamos a comentarte algunas señales de que además de ir a una escuela Primaria de un pueblo pequeño, te vamos a comentar otra señales, que dejan claro que también fuiste a un colegio pequeño, pero en este caso, de Secundaria…
- El primer año no fue tan aterrador porque ya conocías a casi todos en tu clase.
- Tenías a ese maestro que no te quería porque tus padres eran problemáticos en su clase.
- También tenías a ese maestro que te amaba porque le enseñaron a tus padres o fueron amigos con ellos en la escuela secundaria.
- La clase de agricultura fue un gran problema.
- Si hiciste algo escandaloso el sábado, todo el cuerpo estudiantil lo sabía el lunes.
- Podrías nombrar a todos en tu clase de graduación.
- Puede que te hayas casado con tu novia de la secundaria.
- Cuando ibas a la ciudad a visitarla con la escuela siempre te quedabas con ganas de descubrir. más… ¡la ciudad era tan emocionante!
- Siempre hubo ese alborotador que era peor que nadie…
- Unirse a varios equipos deportivos escolares no era demasiado competitivo.
- Las reuniones no son necesarias porque todavía ves a la mayoría de tus compañeros de clase en tu pueblo… aunque hacéis reuniones para que los que están en la ciudad vuelvan y paséis un buen rato juntos.
- Te encanta la simplicidad de tu educación, y probablemente no la cambiarías.
- Valoras conocer a todos y respetarlos porque crecer en un pueblo pequeño te da una sensación de humildad que simplemente no puedes encontrar en ningún otro lado.
- Tú y tu hermano (y a veces incluso tus padres) tenían los mismos maestros, por lo que su reputación se convirtió en TU reputación.
- Además de los tractores en la carretera, también podíais llegar tarde a la escuela por culpa de vacas u ovejas.
- Conocías a cada persona en tu escuela, lo que significa que si te metías en problemas, Luís se lo contaría a su madre, quién le contaría a la madre de Eva, quién le contaría a tu madre finalmente y al llegar a casa, tu madre ya sabría todo.
- Si tenías a un ex en el pueblo había un 300% de posibilidades de que te encontraras con esa persona cada vez que salías de la puerta de tu casa.
- Tanto si te gustó o no la vida de pueblo pequeño, no se puede negar que te convirtió en quien eres ahora.
- No cambiarías tus años vividos en el pueblo pequeño por nada del mundo…
¿Te suena todo esto que hemos comentado aquí? Si has vivido en un pueblo pequeño y estudiado en escuelas o institutos de pueblos pequeños, tendrás el corazón lleno de experiencias y vivencias que las personas que se criaron en escuelas más grandes nunca comprenderían. Gracias a esas vivencias eres la persona integra de hoy y los valores que aprendiste no se pueden pagar con dinero. En este sentido, no cambiarías por nada del mundo tu vida vivida en tu pueblo pequeño, ¿verdad? Quizá cuando eras pequeño sí echabas de menos otras cosas, conocer y explorar mundo…