El relato histórico ha formado parte de nuestras vidas desde nuestra infancia, sólo que no hemos investigado lo suficiente como para comprender que la definición de esta es simplemente la narración de forma cronológica con determinados detalles de los acontecimientos reales que han pasado hace ya algún tiempo.
El relato histórico exige del autor una gran preparación exhaustiva y una investigación muy detallada y precisa de los hechos que va a relatar, ya que de lo contrario puede mal ponerse como una novela de aventuras, un subgénero en donde la historia se convierte en un pretexto para crear un desenlace ficticio en donde predomina la acción.
Por otro lado, también se llega a trastornar el género con la historia novelada, en esta los hechos históricos predominan sobre los hechos inventados. La historia novelada da pie para superponer los comentarios del autor y la historia es sólo una excusa para exponer sus teorías.
La segunda guerra mundial, la conquista de América, la revolución francesa son en efecto relatos históricos. Estos siempre suelen aparecer en libros de una forma esquematizada acompañados de preámbulos y de finales o conclusiones que son relatadas por un redactor o narrador. Este es el que decide de qué forma inicia, hasta qué punto desarrolla y cuando termina la historia.
Estructura de un relato histórico
La estructura de un relato histórico comienza con un prólogo en donde se hace una introducción de lo que se hablará, se puede mencionar lo que ocurrió antes del relato o comentar cuál fue el detonante que desencadenó los hechos.
Luego viene el desarrollo, se comenta con minuciosos detalles los acontecimientos, y para cerrar con el texto, una conclusión.
El relato histórico siempre debe tener un final, así que el historiador decide cuando termina la narración en base a sus conocimientos. Los hechos que detalla ya han ocurrido, así que no se deben inventar, suponer, ni extender. Raramente nuevos hallazgos, investigaciones y descubrimientos hacen que el relato sea modificado siempre y cuando no cambien los hechos ya sucedidos.
Características
El relato histórico debe mantener ciertas características para que el narrador tenga credibilidad y su relato no parezca de ficción.
Claridad
El texto debe ser claro y simple, que no confunda al lector.
Objetividad
El autor del debe apegarse a la realidad de los hechos sin emitir una sola opinión, no debe dejarse llevar por suposiciones o su imaginación. La intención del relato histórico es mostrarle al mundo un contenido que servirá para futuras generaciones, por lo tanto, necesita ser fiel de los hechos, se deben presentar pruebas de la competencia cognitiva del autor, y sus fuentes de información deben ser confiables para que sea creíble. Eso vuelve al texto objetivo.
Lenguaje formal
En todo texto debe haber un lenguaje formal. En los libros, periódicos, obras, revistas y relatos históricos hay presencia de ella. Los escritos con un lenguaje formal se apegan a las reglas gramaticales y evitan la jerga o expresiones coloquiales.
El narrador debe excluir la forma lingüística autobiográfica, no debe interpretar en primera persona (yo) en los enunciados, ni segunda persona (tú), un aquí o un ahora. Las formas propias son las de la tercera persona (él, ella, ellos), junto con el uso de los nombres propios.
Verbos en el pretérito
El narrador debe restringir el curso de los tiempos verbales. El tiempo verbal preestablecido en todos los relatos históricos es el pretérito (o pasado), ya que los relatos acontecieron mucho antes del relato del autor.
Marcadores de tiempo
El factor más importante de un relato histórico es la cronología de la narración, por lo tanto debe haber una secuencia de hechos. Se debe utilizar correctamente las palabras y las expresiones para marcar el orden del tiempo y los acontecimientos.
Tipos de relatos históricos
Las biografías
Esta es una de las más comunes entre los tipos. Solemos ver muchas de ellas hasta el las películas y es ahí donde se demuestra que a veces se suelen agregar personajes ficticios para hacer la historia más “interesante”. Además de recrear los elementos externos que rodea a los personajes, también narra de la forma más objetiva posible, la vida y anécdotas de un personaje en particular.
Los personajes ficticios (que también suelen tomar un papel secundario) se añaden en la historia para darle una mayor dinámica o simplemente para alargarla. Está en manos del autor decidir si prevalece más la historia original o la ficción.
Para contar la historia, el relator se posiciona junto al lector/espectador fuera de las escenas mientras va relatando los hechos, ya sean de un pasado muy lejano o más reciente.
La novela histórica
Puede tener personajes reales o ficticios que se abisman en un momento y lugar real que cuenta una historia desde la perspectiva del autor; este punto de vista puede estar cerca a la verdad, dependiendo de la intención o propósito.
Comúnmente las novelas históricas hacen una recreación de una época en todos sus aspectos ensimismándose en sus detalles (geografía, vestimenta, arquitectura, costumbres, etc.) para poner en esa escena a los personajes. En este tipo de relato histórico también se permiten ciertas modificaciones que “adornen” la historia real.
El documental
En esta normalmente no suelen haber actores, ni personajes ficticios que tomen protagonismo. Pero puede haber figuras que pueden formar parte de la historia como entes que han presenciado eventos y suelen tener testimonios.
La narración tiene un género más periodístico en donde los personajes cuentan la historia en primera persona.
El relato no debe titubear en cuanto a la cronología de los hechos. El autor debe estar convencido de que toda su visión, sus objetivos y sus personajes, en conjunto, harán una buena interpretación del suceso que se acercará lo más posible a la realidad de los hechos para que el espectador lo comprenda con facilidad y seguridad.
Para esto es necesario que el relator tenga un gran conocimiento de la cultura y la historia, este requerimiento es más importante que para el narrador de un relato ficticio, en donde todo lo que invente será válido.
El relato histórico combina las ramas de la ciencia, historia y la literatura.
Elementos del relato histórico
Todo texto debe estar compuesto por una estructura, características que lo definen y elementos que componen la definición de la misma:
Personajes o protagonistas
Como siempre, son uno de los elementos más necesarios en todo relato. Pueden ser uno o los convenientes para hacer que la parte de la historia que se quiere comunicar tenga coherencia y funcione.
En torno a estas personas gira la narración y son las que le darán contenido a la misma.
El escritor/narrador debe tener en claro cuál es el mensaje o la parte de la historia que quiere transmitir.
Si tiene claro cuál es el propósito de la misma, entonces tiene la capacidad de tomar las herramientas y la destreza de hurgar en la vida de los personajes, aprovechando lo que es importante para su objetivo principal y descartando aquellos detalles que no considera para nada relevantes o que aporten algo a la historia.
Espacio
También necesita una gran y exhaustiva investigación para conocer los detalles del lugar en el que se desarrollaron los sucesos reales y poder reproducirlo lo más cercano posible a lo que realmente sucedió.
¿Cómo era el ambiente?, ¿Qué existía y que aún no?, ¿Cómo eran las tierras y las edificaciones de ese lugar?, ¿Cuáles eran los objetos característicos de ese entonces?, ¿Cómo era la temperatura?, ¿De qué materiales estaban hechos los objetos?, entre otras incógnitas.
Tiempo
No es simplemente el período de tiempo o la fecha en la que sucedieron las cosas. Es totalmente demandante una investigación profunda de la época en la que se desarrolla la historia para poder recrearla de forma creíble.
¿De qué forma se hablaba?, ¿Qué palabras usaban?, ¿Cuál era la forma de pensar?, ¿Qué estaba de moda?, ¿Qué estaba prohibido?, ¿Cuál era el nivel de conocimiento de las personas?, ¿Cuál era el nivel de educación?, ¿Cómo se vestían?, ¿Cómo era la economía, la política, las clases sociales?
Mientras más preguntas se respondan, serán más las herramientas que tendrá el escritor.
Nudos
Todas las historias tienen momentos en la que las situaciones se complican o los objetivos a cumplir se vuelven más difíciles. La audacia del autor será la que le saque el provecho a estos puntos detonantes del relato. Es allí donde todas las herramientas narrativas se prestan para impresionar al lector/espectador.
Desenlace
Todo nudo tiene un desenlace, un punto final.
El escritor decide en qué parte de la historia termina su narración, pero no debe ser en un punto en el que deje el lector a la deriva, debe ser en un capítulo de la historia en el que haya explicado lo suficiente, deje en claro su punto de vista y su conclusión.
Motivaciones
Esta vendría siendo la justificación del por qué el relator sitúa al lector/espectador en ese tiempo y espacio preciso.