Todo el mundo quiere tener una vida exitosa… pero si tú también lo quieres debes cultivarlo como un jardín precioso con flores al que debes cuidar cada día de tu vida. Existen algunas características personales que debes conocer porque para tener éxito no solo está el factor “suerte”. Si quieres que tu vida sea como la de la mayoría de las personas, solo tendrás que hacer lo que la mayoría de las personas hacen… Si te conformas, tendrás una vida estable.
Si das lo mejor de ti cada día, entonces, llegarás al éxito. Si quieres saber si serás una persona exitosa, tendrás que pensar si tienes los rasgos necesarios en tu personalidad o en tu comportamiento para poder serlo. Quizá tengas tu propia definición de éxito, quizá para ti se mida en términos de dinero y riqueza… o sea la libertad y pasar tiempo en familia, o quizá ayudar a otros. El éxito no se define de una sola forma, pero tú tendrás que escoger el tipo de éxito que significa más para ti. ¿Tienes estas características personales que te llevarán al éxito?
Te gusta competir… de forma saludable
La competición tóxica solo te llevará al fracaso… personal. Pero si sabes competir saludablemente el éxito estará esperándote. Tener necesidades de ganar no es algo mal y aunque las razones varían, la determinación se mantiene inamovible. Las personas exitosas se obsesionan con las formas creativas de mejorar su competencia, odian perder con una pasión perdurable. La gente a menudo confunde esto con la ética del trabajo, pero trabajar duro no es el objetivo siempre. El impulso competitivo para conseguir más que otros, te pueden llevar al éxito siempre y cuando sea algo no tóxico.
Eres autosuficiente
Eres capaz de asumir responsabilidades y lo mejor de todo, ¡eres capaz de ser responsable! Puedes tomar decisiones difíciles y te apoyan cuando lo haces. Piensas en ti mismo porque es conocerte a ti mismo, pero además de pensar en ti y en tus necesidades, también piensas en los demás. Intentas hacer las cosas por ti mismo siempre, pero si alguna vez necesitas ayuda, no te da miedo pedirla.
Tienes fuerza de voluntad y paciencia
Tienes la fuerza suficiente para ver las cosas, no vacilas ni postergas. Cuando lo quieres, lo haces realidad. Los mayores triunfadores del mundo son aquellos que se han mantenido centrados en sus objetivos y han sido consistentes en sus esfuerzos. Pero además, han tenido paciencia (¡mucha paciencia!). Han estado dispuestos a ser pacientes y tú, entiendes que, en todo, hay fracasos y frustraciones. Tomarlos personalmente sería un detrimento… ¡y no puedes permitirte esto!
Sacas de tu mente lo innecesario
No importa lo exitoso que seas, si te mantienes en el pasado solo conseguirás frenar tu capacidad de mejora. Las personas exitosas no están ancladas en el pasado. Aprenden de él rápido, y pasan a un desafío mayor… Saben que los errores no son fracasos, son oportunidades de aprendizaje y mejora.
Te fijas en los detalles
A veces sientes que tienes sienta fijación obsesiva por los detalles pero no lo puedes evitar… Aunque las personas de tu alrededor no siempre lo comprenden, esto impulsa a la excelencia. Esto parece ir en contra del popular mantra, «No te preocupes por las cosas pequeñas», pero la mayoría de las personas exitosas llegaron allí haciendo eso cuando eran las que hacían las cosas pequeñas.
Te recompensas a ti mismo
Cuando corres a toda velocidad, necesitas tomarte un tiempo para cuidarte. Emocional y físicamente. Eso puede ser tan simple como una meditación corta o un ejercicio completo, un pasatiempo que te complace, una contribución filantrópica o una escapada espontánea contigo mismo o con alguien que amas. Sea lo que sea, el propósito es evitar el agotamiento, mantenerte centrado y recordar por qué estás haciendo los sacrificios que estás haciendo.
Integridad y pasión
La integridad es un atributo esencial para poder tener éxito ahora y en el futuro. La honestidad es la mejor política para todo lo que haces;.La integridad crea el carácter y define quién eres. Además, la integridad va cogida de la mano de la pasión, por lo que si quieres tener éxito, si quieres vivir, no es cortesía, sino pasión que te llevará allí. La vida es el 10% de lo que experimentas y el 90% de cómo respondes a esas experiencias.
Optimismo y confianza
Sabes que hay mucho que lograr y existe mucho bien en este mundo, y sabes por qué vale la pena luchar. El optimismo es una estrategia para lograr un futuro mejor: si no creyeses que el futuro puede ser mejor, no lucharías por conseguirlo. En este sentido, es imprescindible cultivar tus pensamientos positivos.
Y para poder tener optimismo, es imprescindible que también tengas confianza en ti mismo. Confías en ti… es tan simple como eso. Cuando tienes confianza inquebrantable en ti mismo, estarás un paso más cerca de tener éxito, en el ámbito que tú quieras tenerlo y conseguirlo.
Eres agradecido
Aunque tengas la oportunidad de ser arrogante, no lo seas. Puedes ser la persona más agradecida que existe y esto, te hará ser mejor persona. Podrás conocer la importancia de sentir la fortuna de tener lo que tienes, de estar donde estás y de no tener miedo de compartir tus éxitos con otros.
No te defines por tus fracasos
Nadie es 100% exitoso. El éxito es un resultado positivo neto que siempre incluye una gran cantidad de fracasos, experimentación y aprendizaje. Los científicos nos dicen que el universo mismo existe solo porque había un margen de materia increíblemente leve sobre la antimateria, sorprendentemente solo una partícula por billón. Hubo mucha destrucción para crear lo que queda. Si temes al fracaso, entonces, por definición, estás evitando el éxito. Supéralo… ¡El universo se inclina hacia el éxito y tú también puedes hacerlo!
Buena comunicación
Trabajas para comunicarte y prestar atención a los comunicadores que te rodean. Lo más importante, es escuchar lo que no te están diciendo. Cuando la comunicación está presente, la confianza y el respeto siguen el camino.
Si quieres tener éxito, aprende estas características personales que te llevarán a él y planea vivirlos cada día de tu vida. Sé valiente y decidido, humilde, fiel a tus valores, no tengas miedo. Y sobre todo, sé tú mismo, ¡siempre!