Principalmente encontramos cinco tipos de liderazgo que es importante conocer, ya que cada uno de ellos presenta unas particularidades determinadas, de manera que pueden ser más o menos beneficiosos en función del uso o del objetivo que tengamos a la hora de sacar adelante un proyecto. Por esa razón vamos a analizar la importancia del liderazgo y estudiaremos aquellos que engloben, desde una perspectiva general, las cualidades que caracterizan a las personas en función del tipo de liderazgo que ejercen.
La importancia del liderazgo en la sociedad actual
No hay duda alguna de que en la actualidad es esencial el liderazgo, y es que vivimos en una sociedad muy competitiva en la que un mínimo despiste se puede convertir en un importante perjuicio para otras personas e incluso para nosotros mismos. Esa es la razón por la que tanto empresas como asociaciones de todo tipo siempre tienen en mente la búsqueda de personas que ofrezcan determinados perfiles relacionados con el liderazgo, consiguiendo de este modo un mejor resultado a la hora de realizar cualquier tipo de trámite y por supuesto en relación con el modo en que se gestiona un grupo de trabajo.
De hecho, en empresas de mayor envergadura es habitual encontrar varios líderes con distintos perfiles en cuanto a liderazgo se refiere, y es que algunos de ellos pueden ser más efectivos en determinados aspectos, con lo cual, la empresa siempre orientará los comportamientos en función de estas características y las necesidades de cada grupo.
Cabe destacar que ninguno de estos tipos de liderazgo se puede considerar superior al resto, sino que hablamos de distintas formas de alcanzar un mismo objetivo, pero con particularidades muy dispares de manera que permiten una mejor adaptación en función del ámbito que se pretende liderar. Sin embargo, sí hay un detalle que podemos diferenciar entre ellos y que puede ser característico de cada uno, de manera que podemos comprender dos tipos de liderazgo principales que serían los liderazgos correctos o positivos y los liderazgos incorrectos o negativos, es decir, los que causan beneficio o perjuicio al grupo.
En cuanto a los liderazgos positivos encontramos aquellos que permiten mejorar el rendimiento, consiguiendo aumentar también los beneficios, mejorando por supuesto el resultado y todo ello logrando que cada uno de los miembros participantes disfrute de un bienestar adecuado y se sienta parte integrante del equipo en general.
Por otra parte tenemos los liderazgos negativos que son aquellos que resultan perjudiciales para el equipo, creando un fuerte estrés y disminuyendo la autoestima y la felicidad de los miembros del equipo, de manera que hablaríamos de un liderazgo que tiene como objetivo tan sólo conseguir un buen resultado pero a cualquier precio, de manera que a menudo acaba disminuyendo considerablemente el rendimiento e incluso varios miembros del equipo se ven obligados a abandonar el proyecto debido a que no pueden continuar con ese tipo de presión.
Es importante tener en cuenta que un líder cuenta con el poder de la decisión, de manera que se puede considerar que está en un puesto privilegiado con respecto al resto de integrantes del equipo, pero también es cierto que tiene sobre sus espaldas una mayor responsabilidad, ya que cualquier error en una decisión puede llevar al traste un proyecto que puede haber supuesto una gran inversión o incluso mucho tiempo de trabajo, y si el error se produce por parte del propio equipo, a su vez también él será el responsable, por lo que deberá hacer frente a dichas responsabilidades y dar la cara para defender al grupo o para afrontar las consecuencias que han podido derivar de estas equivocaciones.
Los tipos de liderazgo más importantes
Pero como decíamos, en cada caso vamos a necesitar un tipo de líder diferente, razón por la cual os vamos a dar a conocer los principales tipos de liderazgo, los cuales definen a personas con perfiles diferentes, es decir, estos modelos se basan en cierto modo en las particularidades de cada persona, de manera que es complicado que uno pueda pasar de uno a otro tipo de liderazgo por voluntad propia, sino que podríamos decir que cada cual nace para liderar de una forma distinta, de manera que encaja en cualquiera de estos tipos y, aunque puede presentar características comprendidas en otros diferentes, generalmente no funcionaría bien cambiando de forma.
El liderazgo autocrático
Se trata de un tipo de liderazgo que se basa en que el líder principal es el que se encarga de tomar todas y cada una de las decisiones, además de que será el que organizará cada aspecto relacionado con el trabajo del grupo.
Ante este tipo de liderazgo, el equipo de trabajo tan sólo puede obedecer las directrices impuestas por el líder, de manera que no pueden aportar nada por su parte más que el cumplir con el trabajo que le ha sido encomendado.
Este liderazgo autocrático puede ser muy efectivo en el caso de que estemos frente a un tipo de trabajo en el que tenemos que tomar muchas decisiones y muy rápidamente, las cuales generalmente serán delicadas, y un error puede echar a perder todo el trabajo e incluso suponer algunas pérdidas muy importantes.
Por su parte, el líder deberá mantener un control constante sobre los trabajadores, lo cual generalmente aumenta bastante la productividad, pero también presenta algunos aspectos negativos como el hecho de que el trabajador no puede aportar su opinión en relación con el proyecto, lo cual hace que pierda motivación e incluso se sienta poco valorado dentro del grupo.
Habitualmente, con el paso del tiempo, estas personas acaban sintiéndose fuera de lugar, teniendo la sensación de que la empresa no los necesita y los aprecia, lo cual generalmente da lugar a un descenso en el rendimiento e incluso a un abandono de la propia empresa.
En definitiva estaremos ante un tipo de liderazgo que puede ser funcional en momentos muy determinados, pero siempre es recomendable que combine con otros tipos de liderazgo diferentes para evitar que esta monotonía acabe afectando a los trabajadores y al grupo en general.
El liderazgo delegativo
Se trata del conocido liderazgo laissez-faire, que se trata de un tipo de liderazgo poco participativo dentro del grupo, siendo también característico por no ser para nada autoritario. Básicamente es un tipo de liderazgo que se utiliza con empleados que tienen una gran experiencia y motivación, de manera que la necesidad de supervisión se reduce considerablemente al tomar decisiones de forma acertada y sobre todo al ser productivos sin la necesidad de que el líder esté encima todo el rato.
Básicamente pueden cumplir con las tareas encomendadas sin la necesidad de vigilancia constante, de manera que se consigue una mayor libertad a la hora de desarrollar la creatividad de los participantes, además de que se sienten más integrados en el proyecto ya que tiene la sensación de que básicamente parte de ellos, lo que significa que se esfuerzan más en tomar decisiones acertadas que permitan obtener los mejores resultados posibles.
Eso si, es imprescindible que se trate de un equipo experimentado y que sobre todo sea apasionado a la vez que se sienta integrado en la empresa, ya que por norma general es bastante complicado conseguir crear un grupo de esta índole, debido a que por norma general los empleados no gozan de estas características por lo que es necesario que el líder establezca las tareas e indique los plazos de entrega para evitar que se duerman en los laureles.
Por ello estamos hablando de un tipo de liderazgo muy positivo, pero sólo cuando lo llevamos a cabo con un equipo competente y preparado para ello, con la capacidad suficiente para poder gestionarse adecuadamente; el hecho de que el equipo pueda tener muy buenas intenciones no es suficiente para aplicar el liderazgo delegativo, ya que necesita cumplir con todos los aspectos positivos que hemos indicado para que realmente sea una táctica efectiva.
El liderazgo democrático
El liderazgo democrático es un tipo de liderazgo donde todo el equipo participa en la toma de decisiones, de manera que el líder se encargará de promover una buena relación y el diálogo y comunicación entre los trabajadores, y en todo momento tendrá en cuenta las opiniones del grupo, aunque evidentemente será el responsable de tomar la decisión final.
Se trata de un liderazgo muy bien balanceado, ya que los trabajadores forman parte de todos los procesos de decisión, de manera que sienten que forman una parte importante de la empresa con lo que aumenta su compromiso y su aprecio hacia ella, consiguiendo además ofrecer más de sí mismos gracias a que se esfuerzan más por conseguir los mejores resultados posibles para beneficiar al negocio.
Una de las principales ventajas es que se abre la puerta a la innovación, ya que al haber varias aportaciones diferentes y al permitir que entre todos se tome una decisión consensuada (siempre aceptada o rechazada por el líder principal), ayuda a que broten nuevas ideas que pueden resultar muy beneficiosas.
Sin embargo, también presenta algunas desventajas como el hecho de que se requiere más tiempo para finalizar los proyectos, ya que precisa de discusión, además de que es habitual que aparezcan desacuerdos de forma que, con el paso del tiempo, los grupos pueden tener una cierta tendencia a dividirse en dos o más partes.
Esto puede derivar también en enemistades y posiciones encontradas entre dos o más personas, lo cual evidentemente al final va a perjudicar tanto al proyecto como a la capacidad de trabajo y las motivaciones que se habían conseguido a través de este sistema.
Por esa razón, aquí el líder va a tener una gran responsabilidad, que será la de disponer de la habilidad necesaria que le permita mantener la unión dentro del grupo, garantizar la colaboración entre todos y conseguir aumentar la motivación para que todos sean conscientes de que sus opiniones son tenidas en cuenta y que no debe haber rencillas dentro del grupo.
De no ser así, el liderazgo democrático puede desembocar en un gran fracaso.
El liderazgo transaccional
Este liderazgo se centra exclusivamente en alcanzar los objetivos que hayan sido previstos, de manera que se entregan premios a los trabajadores a cambio de llegar a ellos. Básicamente el trabajador tiene que saber desde un principio cuál es la meta que tiene que alcanzar y cuál va a ser la recompensa que va a recibir, algo que le permite organizarse a su modo, pero sobre todo teniendo siempre en mente el objetivo final que es alcanzar lo que haya sido estipulado, ya sea la finalización de un proyecto o incluso la culminación de alguna de sus partes.
Este tipo de liderazgo también presenta desventajas, ya que el trabajador se va a centrar más en los beneficios y recompensas que en el propio proyecto, es decir, aquí vale todo con tal de conseguir alcanzar la meta, de manera que se reduce considerablemente la calidad del trabajo con lo que el proyecto puede incluso no alcanzar la eficacia que se planteaba en un primer momento.
Sin embargo, este tipo de liderazgo ayuda a que exista una mayor compenetración dentro del equipo de trabajo, ya que todos tienen como objetivo claro el conseguir el premio obtenido a partir de alcanzar el objetivo estipulado, con lo cual suele haber un funcionamiento mucho más rápido, ágil y una mayor capacidad para ponerse de acuerdo ya que todos se ven beneficiados en este sentido.
El liderazgo transformacional
Y finalmente tenemos el liderazgo transformacional, en el cual los líderes establecen una completa comunicación y participan en la actividad con el objetivo de transmitir a los empleados su forma de ver el modo en que tiene que evolucionar el proyecto.
Este liderazgo aumenta la productividad y la eficacia del trabajo, fundamentalmente debido a que el grupo estará más controlado por el líder. También aumenta la visión y tan sólo un líder tiene la misión de conseguir motivar al equipo, ya que forma parte de él de un modo completamente integrado, creando una mayor sensación de confianza y respeto, además de que los trabajadores aprenden mucho de su líder con lo que también se establece una admiración hacia él.
En cuanto a las desventajas, lo cierto es que no podemos presentar ninguna que sea característica de este tipo de liderazgo, salvo el hecho de que evidentemente aquí el líder tiene que presentar unas cualidades muy bien definidas y por supuesto también dominar el ámbito al que está orientado el proyecto, de manera que efectivamente los trabajadores puedan aprender de él.
Otro aspecto esencial es que el carácter del líder tiene que ser motivador y ganar la confianza y admiración por parte del grupo, ya que de lo contrario nos encontraríamos ante una situación en la que lo que haría sería perder relevancia e incluso el respecto o valoración dentro del grupo, sin que a cambio se consiguiesen beneficios que efectivamente motivasen la utilización de este tipo de sistema.
Me parece exlente las clasificaciones que definen, me sirven de mucho para poder identificar las areas en las que hay potencial de Liderazgo gracias felicidades