He encontrado una nueva forma de meditar… ¡y me funciona!

Antes de contarte cuál es esta nueva manera de meditar que he encontrado, permiteme que ponga en contexto este descubrimiento.

Lo estoy pasando mal. No hay que negarlo ni me apetece ocultarlo.

Este blog nació allá en el 2010 como resultado de una racha mala que estaba pasando. Fruto de esa racha mala surgió esta manera de obtener ingresos y de paso ayudar a más personas.

El problema es que no ha sido un blog de autor, es decir, un blog de esos que están 100 % identificados con la persona que escribe. Opté por el SEO (posicionamiento en buscadores) y darle a la audiencia aquellos artículos que más buscaban en Google: libros de autoayuda, pensamientos positivos,…

He escrito artículos traducidos de otras páginas en inglés aunque también es verdad que he escrito posts con pensamientos y reflexiones mías.

Ahora voy a intentar darle un cambio a este blog.

Voy a empezar a escribir solo lo que me apetezca y que crea que aporte a la audiencia algo significativo que pueda mejorar su vida.

En cierto modo, ya empecé ayer. Investigando en blogs americanos de desarrollo personal me encontré con un artículo muy recurrente en muchos de ellos titulado «Carta de amor a mí mismo». Lo que pasa que esta vez no traducí ningún artículo (hay pequeñas partes que sí). El 95 % de esa carta es propia. La puedes leer aquí.

Eso fue el comienzo del cambio del blog.

Sin embargo, el día no había acabado. La escribí a la mañana.

Al final de la tarde, y después de unos 15.000 pasos andados (tengo un podómetro), me fui a relajarme al spá. Bueno, antes le llamaba relajarme, ahora le llamo meditar.

Cada vez que voy al spá medito. Es un lugar fantástico. Imaginaos algo parecido a la foto de abajo (aunque no tan elegante, jejeje).

una nueva forma de meditar

En cuanto te metes en el agua calentita, tu mente y tu cuerpo cambian automáticamente. Los dolores que puedas tener desaparecen y tu mente entra en un estado de relajación brutal.

Hay unas tumbonas de acero inoxidable sumergidas a medio metro del agua. Te tumbas, le das a un botón y se convierten en unas hamacas-jacuzzi.

Cuando paran de soltar aire (burbujas), me doy la vuelta y ahí, sumergido en el agua caliente y acostado en la tumbona, comienzo a meditar.

¿Cómo medito?

Siempre me centro en el problema más grave que esté perturbando la mente ese día. Pienso de la siguiente manera:

– Ahora vamos a solucionar esto a nivel mental. El problema seguirá estando ahí cuando salga de la piscina pero ya no me afectará tanto a nivel mental.

La carta que escribí ayer ha cambiado mi estado mental.

Cuando escribes una carta de ese tipo, adoptas un rol paternal-maternal contigo mismo. Empiezas a hablarte como si fueras un niño pequeño al que hay que proteger y ofrecerle los mejores consejos para él. Consejos que saben que le van a servir para bien. Consejos que en la vida se te ocurrirían en un estado normal.

Sin embargo, ahí, en la tumbona del spá, empiezas a hablar con tu yo pequeño. Empiezas a darle consejos… y creedme, es mucho más terapéutico que la carta de ayer.

Así permanecí alrededor de 30 minutos.
Una sesión de meditación en toda regla y, desde mi punto de vista, mucho más efectiva que las que se imparten en otros lugares.

Solo tienes que buscar ese sitio que te haga sentir bien o por lo menos que te relaje. Si es un sitio aislado mejor. Una vez que lo hayas encontrado, empieza a hablarle a tu yo pequeño. Que tu mente adopte el rol de padre-madre y empiece a darte los mejores consejos que ofrecería a un hijo/a que ama.

A mí me ha ayudado mucho… y lo bueno es que el efecto es duradero. Hoy me he levantado con este chip, mi mente paterna-materna me «habla» de vez en cuando y me guía por el buen camino.

Pruébalo y espero que te sea tan útil como lo está siendo para mí.


2 comentarios, deja el tuyo

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  1.   Gerardo Gereda dijo

    Me parece una idea genial. Mil gracias por compartir. Bendiciones.

  2.   Mirta dijo

    Que buen metodo has encontrado.
    Me apetece si lo permites, animador con respecto a la carta que también ayuda a nuestro niñito interior, es escribirles a nuestros padres haciendo nuestro reclamó con la mano izquierda
    Esto es muy liberador para sanarnos.
    Gracias por este espacio.