Esta breve historia, que esconde una reflexión sobre la verdadera y sincera amistad y el sacrificio que estamos dispuestos a hacer por ella, se la tengo que agradecer a Ricardo, una persona que he encontró el blog hace poco y decidió que esta historia encajaba perfectamente con el contenido del mismo. No se equivocaba. Gracias Ricardo por enviármela:
En medio de una batalla, una compañía se vio sorprendida por el enemigo que lo superaba en número y en medios bélicos.
El mando de la compañía mandó retirada hacia el punto de encuentro, marcado a varios kilómetros. Poco a poco fueron llegando los soldados contando el infierno que habían vivido y la cantidad de bajas que se estaban produciendo.
Un soldado recién llegado comenzó a preguntar si había regresado otro soldado amigo suyo. Nadie le supo dar respuesta hasta que otro compañero le indicó la zona dónde lo vieron por última vez. El soldado pidió permiso al oficial para ir a buscar a su amigo, pero este le denegó el permiso argumentando que, probablemente, en ese momento ya estaría muerto.
El soldado desobedeció y se marchó a buscarlo.
Varias horas más tarde llegó el soldado, malherido, con su compañero ya muerto en brazos. El oficial, al verlos entrar, le dijo:
«¿Ves como no merecía la pena que fueras? Ahora, en vez de a un hombre, he perdido a dos».
El soldado le respondió:
«Sí que ha merecido la pena. Cuando llegué todavía estaba vivo y me dijo: «Sabía que vendrías a por mi.»
mmmm ese es el verdadero significado de la amisthad