Hoy os traigo una historia extraña pero real. Es la historia de una persona que es capaz de vivir en la actualidad con solo su hemisferio derecho del cerebro ya que su hemisferio izquierdo le fue extirpado quirúrgicamente.
Kacie Caves vive en Oklahoma. Le encanta nadar, hacer snorkel y el buceo. ¿Cuál era su asignatura favorita en la escuela? «Las matemáticas, sin duda» responde Kacie.
Bastante sorprendente, teniendo en cuenta que Kacie sólo tiene medio cerebro.
Hace años, los cirujanos del Centro Infantil Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, le separaron quirúrgicamente el lado izquierdo de su cerebro en una operación que duró 12 horas. Durante cuatro años, había sufrido convulsiones que le llevaban a «crispar» el lado derecho de su cara y cuerpo. Las convulsiones atacaban a Kacie 100 veces al día, dejándola prácticamente paralizada e incapaz de hablar.
Kacie sufría una forma extremadamente rara de epilepsia (convulsiones recurrentes) llamada Encefalitis de Rasmussen, un trastorno cerebral muy raro que afecta a niños menores de 10 años.
Los científicos todavía no saben con seguridad qué causa la encefalitis de Rasmussen. «Es probablemente una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo destruye su propio tejido cerebral», especula el Dr. John Freeman, director del Centro de Epilepsia Pediátrica del Johns Hopkins. Los investigadores saben que, los pacientes de Rasmussen llevan anticuerpos (sustancias producidas por el cuerpo para destruir las bacterias u otros organismos extranjeros) a unas proteínas específicas del cerebro llamados receptores de glutamato. Cuando entran en el cerebro, estos anticuerpos atacan los receptores, lo que provoca las convulsiones.
Para Kacie, comenzó con un fuerte dolor de cabeza cuando tenía 10 años. «Era el mes de mayo», recuerda su madre, Regina. «Esa noche, Kacie entró en crisis. Ella caminaba por la habitación rompiendo todo lo que encontraba.» Sus padres llevaron a Kacie inmediatamente al hospital. Un electroencefalograma (mide la actividad eléctrica del cerebro) determinó que el ataque se centraba en el lado izquierdo de su cerebro.
Como los ataques de Kacie empeoraron, sus padres la llevaron de un hospital a otro, en busca de una cura. Los médicos de Kacie llegaron a extirparle una sección muy pequeña del cerebro donde esperaban que se originaban las crisis. Sin embargo, los ataques continuaron con toda su furia.
La hemisferectomía
Los Caves finalmente recurrieron al Dr. Freeman, quien sugirió un procedimiento tan drástico que los Caves quedaron horrorizados. Su recomendación: extirpar toda la mitad izquierda del cerebro, un procedimiento llamado hemisferectomía. La operación, desarrollada por primera vez en la década de 1920, fue pronto abandonada, demasiados pacientes murieron durante la cirugía. Sin embargo, las nuevas técnicas y exploraciones cerebrales avanzadas han revivido el procedimiento.
El cerebro se divide en dos hemisferios, derecho e izquierdo. Cada mitad controla el lado opuesto del cuerpo, esta es la razón de por qué las perturbaciones eléctricas en el hemisferio izquierdo de Kacie afectaban al lado derecho de su cuerpo. Por motivos médicos que aún no se saben, la enfermedad de Rasmussen solo ataca un hemisferio, pero no cruza hacia el otro lado del cerebro.
Casi la mitad de todas los hemisferectomías se realizan en niños con encefalitis de Rasmussen. Los cirujanos también la realizan en niños con displasia cortical y aquellas personas que padecen el síndrome de Sturge-Weber (formación anormal de los vasos sanguíneos que causa que un lado del cerebro reduzca su tamaño). Varias decenas de hemisferectomías se realizan cada año en los EE.UU.
Los niños, especialmente los preadolescentes, son los mejores candidatos para las hemisferectomías: hasta los 12 años, el cerebro humano continúa creciendo y desarrollándose. Esto significa que incluso cuando se elimina un hemisferio, la otra mitad compensa rápidamente su ausencia mediante la formación de nuevas neuronas y dendritas.
Las habilidades que residen en un lado del cerebro (por ejemplo, las matemáticas y el lenguaje en el lado izquierdo) se desplazan automáticamente hacia el otro lado.
La familia Caves decidió seguir adelante con la hemisferectomía. Kacie tenía casi 14 años.
Kacie salió de la cirugía sin poder hablar (ya tenía ptoblemas con el lenguaje antes de la operación). Ella podía decir ‘sí’, ‘no’, ‘gracias’ pero no podía comunicar ideas. Kacie hizo terapia del habla todos los días hasta la primavera del año siguiente.
Kacie regresó a la escuela como una estudiante de primer año de secundaria. La operación le dejó la mano derecha prácticamente inútil y ella camina con una leve cojera pero cuando se le pregunta cómo se siente años después de la operación, ella responde: «Me siento muy bien, realmente bien. Ya no tengo ataques y me alegro por ello.»
Os dejo con un vídeo de su historia (está en inglés):