Todo ser humano tiene una serie de capacidades para hacer cosas extraordinarias. Sin embargo, muy pocos son los que convierten dichas capacidades en habilidades y muchos menos los que convierten dichas habilidades en destrezas.
El conocimiento no sirve de mucho si no sabemos aplicarlo.
La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos a la práctica. Con conocimiento y destreza, el éxito está asegurado.
Se puede tener inspiración pero la destreza en la ejecución de esa inspiración es lo que marca la diferencia entre la normalidad y lo extraordinario. Dicha destreza es una de las patas de la mesa, las otras 3 son: conocimientos, disciplina y pasión.
La destreza se adquiere con la práctica, con mucha práctica, así que es necesario que lo que elijas hacer, te guste de verdad porque vas a necesitar tiempo en convertirte en el mejor.
Ver vídeo: