EthicHub: cuando ayudar sale rentable

proyectos sociales relacionados con el café y las criptomonedas

Conceptos como la solidaridad o la justicia social parecen ajenos al mundo de la economía y las finanzas. EthicHub viene a demostrar que no es así con una creativa propuesta de inversiones con impacto social que está demostrando ser una fórmula de éxito.

El sistema diseñado por esta startup española está basado en el viejo axioma de que ayudándose a uno mismo es posible también ayudar a los demás. Eso es precisamente lo que se consigue: el beneficio mutuo de las dos partes implicadas en la inversión: quien invierte (y obtiene rentabilidad) y quien recibe la financiación.

La financiación colaborativa, una idea con la que ambas partes ganan

Que nadie piense que esto se limita a una simple exposición de buenas intenciones sobre el papel y que después se quedan en nada. El sistema de EthicHub ha demostrado ser eficaz (las cifras, que comentaremos más adelante, así lo avalan), porque la idea en la que se fundamenta es sólida.

Un problema, una solución

ethichub

En los países en vías de desarrollo, para muchos pequeños productores el acceso al crédito es una misión imposible. Recurrir a los bancos y entidades financieras supone afrontar elevados gastos que no pueden asumir. Sin embargo, sin esos créditos, es inviable poner en marcha nuevos proyectos y mantener su medio de vida.

EthicHub vino a plantear una solución a este problema mediante su plataforma de financiación colaborativa cuyo funcionamiento está basado en la tecnología Blockchain. Esta permite la libre circulación del dinero reduciendo los gastos de forma considerable, por debajo del 1%. Condiciones que los receptores de los créditos sí pueden permitirse.

Beneficio mutuo

Por otra parte, los inversores pueden conseguir altas rentabilidades (entre el 6% y el 8%), sabiendo que sus inversiones están protegidas y aseguradas gracias a un fondo de compensación. En cualquier caso, hay que señalar que, en más de cinco años la tasa de morosidad asociada a los proyectos de inversión de EthicHub es prácticamente anecdótica.

Como atractivo añadido, los inversores saben que, además de ganar dinero, con sus aportaciones están contribuyendo en una acción de impacto social. Esta es la base de la idea que sugeríamos al inicio del post: ayudar a los demás y ayudarse uno mismo.

A modo de resumen, se puede afirmar que es un sistema en el que ambas partes salen ganado:

  • Los inversores obtienen interesantes rentabilidades sin apenas riesgos.
  • Los pequeños agricultores pueden mantener sus negocios, producir y exportar sus productos.

Los proyectos de impacto social de EthicHub

proyectos sociales, ayudar con inversión

El impacto real de estas inversiones tienen una triple vertiente: económica, social y medioambiental. Todo se entiende mejor cuando echamos un vistazo a la lista de proyectos de EthicHub y las comunidades a las que van destinadas las inversiones.

Se trata de pequeñas empresas y cooperativas de varios países de América Latina que necesitan financiación para poner en marcha sus proyectos, mantener activas sus modestas explotaciones agrarias y asegurarse de esta manera su modo de vida.

Con aroma de café

Casi todas ellas centran su actividad en el cultivo del café (de hecho, EthicHub nos ofrece la posibilidad de comprar el delicioso café verde a un precio justo desde su propia web).

Hay que señalar también que estos productores locales practican los métodos de cultivo tradicionales, un estilo de agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente, totalmente diferente a la que se lleva a cabo en las grandes plantaciones de monocultivos y otros tipos similares de explotación.

El inversor puede seleccionar uno o varios proyectos y escoger la cantidad que desea invertir.

Brasil, Colombia, México, Honduras…

Gracias a EthicHub, en los últimos años se han podido poner en marcha casi 600 proyectos en diferentes países. Muchos de ellos aún siguen en curso, lo cual supone una gran oportunidad para los inversores con conciencia social.

Algunos de los proyectos más destacados se localizan en Colombia, el país del café. Allí, por ejemplo, podemos ayudar a la Asociación de Mujeres La Labor o a la Comunidad del Valle del Cauca a conseguir los medios que necesita n para comercializar su café en el exterior.

Sin embargo, el grueso de los proyectos de EthicHub se concentra en el centro y el sur de México, las regiones más cafeteras de país. Son numerosas las cooperativas y pequeñas empresas locales a las que poder prestar ayuda: Comunidad Azteca, El Progreso, Barrio Río Negro, Cantón Camambé, Comunidad Agua Caliente, Ejido Toluca, Saljichí, San Rafael… Los fondos recibidos se destinan a diferentes fines, desde la limpieza de los terrenos hasta la cosecha y la comercialización del café.

Brasil y Honduras son otros de los países donde EthicHub ha empezado a trabajar. Y a medio-largo plazo está previsto que la lista crezca aún más.

Aunque cada comunidad y región presenta sus particularidades propias, todos los proyectos tienen en común un elemento: contribuyen al desarrollo social de las comunidades agrícolas y permiten a muchas familias obtener los ingresos que necesitan para salir adelante. Tal vez esto no sea tan importante para un inversor convencional, pero sí lo es para quienes invierten a través de EthicHub.


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