¿Sabes quién es Nezahualcoyotl? Quizá te suene el nombre o quizá no, pero hoy, cuando leas sus frases lo que sí sabemos es que sentirás que algo ha cambiado en tu interior para siempre. Era conocido como el Rey Poeta. Fue un hombre que gobernó (tlatoani) de Texcoco, hoy parte del Estado de México. Fue arquitecto, guerrero y académico de la época y su idioma nativo era el Náhuatl. Nació en Texcoco. En 1402 y murió en 1472… imagina lo importantes que fueron sus reflexiones que perduran hasta día de hoy. También le conocían como el Rey filósofo.
Era hijo de la princesa Matlalcihuatzin, hija de Huitzilíhuitl, rey de los aztecas y segundo maestro de Tenochtitlán y de Ixtlilxóchitl sexto maestro de los chichimecas y maestro de Texcoco. Al nacer fue nombrado Acolmiztli , o Puma Fuerte, pero las circunstancias trágicas que vivió en su adolescencia lo hicieron cambiar de nombre a Nezahualcóyotl , o Coyote Hambriento.
Con 16 años se enfrentó a la invasión tepaneca donde querían matar a su padre y a toda la familia para poder quedarse con el trono. El padre de Nezahualcoyotl prefirió huir hasta encontrar el apoyo de otras tribus.
Después de muchas persecuciones y muertes quería crear una época de esplendor en México y acabar con toda la tiranía que llevaban aguantando durante décadas. Después de una vida tan intensa no es para menos que acabase plasmando con papel y pluma grandes palabras que salían de su corazón y mente.
A continuación vamos a dejarte algunas de ellas, porque aunque han pasado centenares de años, es posible que te sientas bien al leerlas e incluso, que las puedas aplicar a tu propia vida… son frases llenas de sabiduría. Algunas de las frases se notan que son de la época… ¡pero eso le dan aún más encanto!
Frases de Nezahualcoyotl llenas de sabiduría que hoy aún nos sirven para vivir mejor
- ¡Vive en paz, pasa la vida en calma!
- Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre.
- ¿Cómo ha de actuar mi corazón? ¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar sobre la tierra?
- Por allí anda el ave, parlotea y canta, viene a conocer la casa del dios. Solo con nuestras flores.
- He venido a estar triste, me aflijo. Ya no estás aquí, ya no, en la región donde de algún modo se existe. Nos dejaste sin provisión en la tierra. Por esto, a mí mismo me desgasto.
- Sobre las flores canta el hermoso faisán, su canto despliega en el interior de las aguas. A él le responden variados pájaros rojos. El hermoso pájaro rojo bellamente canta.
- Me fijo en sus rostros, por todas partes águilas y tigres, por experiencia conozco los jades, las ajorcas preciosas.
- ¿Acaso vendrán una vez más, acaso volverán a vivir? Solo una vez perecemos, solo una vez aquí en la tierra.
- Aunque fueras de jade, aunque allá vayas, al lugar de los descarnados. Tendremos que desaparecer. Nadie habrá de quedar.
- Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado, por todas partes es también venerado. Se busca su gloria, su fama en la Tierra. Él es quien inventa las cosas, él es quien se inventa a si mismo.
- Lo de esta vida es prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo han dejado.
- Todo lo que es verdadero (lo que tiene raíz), dicen que no es verdadero (que no tiene raíz).
- Sin violencia permanece y prospera en medio de sus libros y pinturas, existe la ciudad de Tenochtitlan.
- Para librar a vuestros hijos de esos vicios y calamidades haced que desde niños se den a la virtud y trabajos.
- ¿Cómo hay que vivir al lado de la gente? ¿Obra desconsideradamente, vive, el que sostiene y eleva a los hombres?
- Si yo nunca muriera, si nunca desapareciera. Allá donde no hay muerte, allá donde ella es conquista, que allá vaya yo…
- Como si fuera de oro, como un collar fino, como ancho plumaje de quetzal, así aprecio tu canto verdadero: con él yo me alegro.
- Con flores escribes, dador de la vida. Con cantos das color, con cantos sombreas a los que han de vivir en la Tierra.
- Toma ya tu cacao, ¡qué sea ya bebida! ¡Hágase el baile, comience el dialogar de los cantos! No es aquí nuestra casa, no viviremos aquí, tú de igual modo tendrás que marcharte.
- Con ansia yo quiero, anhelo la amistad, la nobleza, la comunidad. Con cantos floridos yo vivo.
- Dentro del cielo tú forjas tu designio. Lo decretarás: ¿acaso te hastíes y aquí nos escondas tu fama y tu gloria en la tierra? ¿Qué es lo que decretas?
- ¿Habré de erguirme sobre la tierra? ¿Cuál es mi destino? Yo soy menesteroso, mi corazón padece, tú eres apenas mi amigo en la tierra, aquí.
- ¿Con qué he de irme? ¿Nada dejaré en pos de mí sobre la tierra? ¿Cómo ha de actuar mi corazón? ¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar sobre la tierra? Dejemos al menos flores. Dejemos al menos cantos.
- ¿Eres tú verdadero, tienes raíz? Solo quien todas las cosas domina, el dador de la vida. ¿En esto verdad? ¿Acaso no lo es, como dicen? ¡Qué nuestros corazones no tengan tormento!
- Yo soy Nezahualcóyotl, soy el cantor, soy papagayo de gran cabeza. Toma ya tus flores y tu abanico ¡Con ellos ponte a bailar!
- Allá en donde de algún modo se existe. ¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes, llevarles nuestras flores! ¡Si yo pudiera hacer míos los hermosos cantos de Tezozomoctzin! Jamás perecerá tu nombre.
- A dónde iremos, donde la muerte no existe? Más, ¿por esto viviré llorando? Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre.
- Realidades preciosas hace llover, de ti proviene tu felicidad, ¡dador de la vida! Olorosas flores, flores preciosas, con ansía yo las deseaba, vana sabiduría tenía yo…
- No acabarán mis flores, no cesarán mis cantos. Yo cantor los elevo, se reparten, se esparcen. Aun cuando las flores se marchitan y amarillecen, serán llevadas allá, al interior de la casa del ave de plumas de oro.
- Extiende tu compasión, estoy a tu lado, tú eres dios. ¿Acaso quieres darme la muerte? ¿Es verdad que nos alegramos, que vivimos sobre la tierra?