Tener una buena vida sexual es sinónimo de bienestar y felicidad. Sin embargo no todas las personas disfrutan de ello y tienen serias dificultades a la hora de disfrutar del sexo con otra persona. Ello se de a que la líbido está bajo mínimos y hace que el deseo sexual no aparezca. Factores como el estrés o ciertos medicamentos puede provocar un fuerte bloqueo de la líbido.
En el siguiente artículo te hablamos de una manera más detallada de aquellos factores que afectan de manera directa a la líbido.
El estrés
Imagina a tu cuerpo como un maravilloso jardín lleno de flores de todo tipo y a tu líbido como la flor más preciada de dicho jardín. El estrés es esa sombra que aparece en el jardín y hace que todas las flores se acaben marchitando. Las tensiones del día a día, las preocupaciones en el trabajo o personales pueden afectar directamente a tu deseo sexual. Es importante reconocer todos estos factores estresantes y encontrar la mejor manera para poder lidiar con ellos. La relajación y saber gestionar el estrés son clave a la hora de permitir que tu líbido crezca y florezca.
Conexión emocional
Tu vida sexual está totalmente conectada con todo tu ser. La conexión emocional con tu pareja es esencial y clave para mantener una líbido saludable y en perfecto estado. Las muestras de amor, la comunicación abierta y la comprensión mutua son algunos de los elementos que van a nutrir al deseo sexual. Asegúrate de cultivar una conexión emocional lo bastante fuerte con la pareja, ya que esto no solo va a fortalecer tu relación, sino que también impactará positivamente en tu vida sexual.
La rutina
Imagina que cada encuentro íntimo con la otra persona es una nueva aventura, una oportunidad para explorar y descubrir. La rutina puede convertirse en el mayor enemigo de tu líbido. La monotonía termina por matar la pasión, así que rompe con la rutina y encuentra nuevas formas de sorprender y ser sorprendido/a en el ámbito sexual. Puedes experimentar con nuevas prácticas, con nuevos lugares o simplemente cambia el ambiente para mantener viva la chispa de la pasión.
Salud física
Tu cuerpo es el recipiente que va albergar tu líbido. Mantener una buena salud física es clave para preservar en perfecto estado tu deseo sexual. Una alimentación equilibrada unida a una actividad física regular y un sueño reparador son claves a la hora de tener un buen deseo sexual y no tener problemas con la líbido.
Las hormonas
Las hormonas son las encargadas de dirigir el ritmo y la intensiadad deseo sexual. Factores como el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia pueden alterar el equilibrio hormonal y afectar de una manera a tu líbido. Es fundamental comprender estos cambios y saber adaptarse a ellos, buscando las mejores soluciones posibles. Con el conocimiento podrás conseguir que los cambios hormonales no afecten negativamente tu vida sexual.
Confianza y seguridad
La confianza y la seguridad que tengas en ti va a influir directamente en tu deseo sexual. La confianza en uno mismo/a unida a una fuerte autoestima son por tanto factores esenciales a la vez que cruciales. Aprender a amar y aceptar tu propio cuerpo es el primer paso hacia una buena líbido. Trabaja en fortalecer tu confianza, ya que esto no solo mejorará tu vida sexual, sino que también tendrá un impacto positivo en tu vida en general.
Estímulos externos
En un mundo en el que los estímulos visuales y emocionales están por todas partes, es esencial tener en cuenta cómo afectan a tu líbido. La sobreexposición a ciertos contenidos puede llegar a influir en tu deseo sexual. Aprende a filtrar estos estímulos y a conectar con tu propio deseo de una manera auténtica. No dejes que las expectativas externas dicten tu vida sexual; en cambio, descubre lo que realmente te hace vibrar.
Medicamentos
Hay ciertos medicamentos que pueden tener una incidencia directa en la líbido. Esto es lo que ocurre con fármacos para tratar problemas cardíacos, con los tranquilizantes o con los antihistamínicos. La famosa píldora anticonceptiva también puede hacer que la líbido baje más de la cuenta. Es por ello que es importante el leer los efectos secundarios de los fármacos antes de empezar a tomarlos. Si la ingesta de ciertos medicamentos han afectado de una manera directa a la líbido no dudes en acudir a tu médico de cabecera.
Discusiones y conflictos
Las peleas y las discusiones con la pareja pueden ser otro de los motivos por los que la líbido disminuya. Los conflictos hacen que el estrés aparezca y con ello el mal humor hacia la otra persona. Todo esto tiene una incidencia negativa en el deseo sexual. Si ello ocurre es importante hablar con la otra persona para solucionar las cosas. Si fuera necesario no está de más acudir a un terapeuta de pareja.
Dormir y descansar
Dormir mal y pocas horas al día termina por afectar de manera directa a la líbido. El cansancio físico hace acto de presencia y con ello una falta de deseo sexual totalmente evidente y clara. Dormir poco produce fatiga, ansiedad y estrés, algo que como es normal afecta de manera directa a la líbido. No dudes por tanto en dormir las horas que necesita tu cuerpo para poder recuperarse y cargar energía y volver a tener el deseo sexual que necesitas tú y la pareja.
En definitiva, no cabe duda que tu líbido es un reflejo directo de tu felicidad y bienestar general. Cultivar una líbido saludable va a implicar abordar diversos aspectos de tu vida, desde el manejo del estrés diario hasta la conexión emocional con tu pareja. Recuerda que no hay dos personas iguales e idénticas, y lo que funciona para uno/a puede no servir para otro/a. Explora todo lo que puedas, comunica tus necesidades y mantén viva la curiosidad en lo que concierne a tu vida sexual. Al conocer lo que afecta a tu líbido, estarás mejor equipado/a para poder disfrutar de una vida sexual totalmente plena y satisfactoria.