Organizarse es fundamental para poder aprovechar el tiempo… si vives siempre con la sensación de que vas con prisas y que no te da tiempo a nada, es que algo está fallando, ¡hay que organizar tu mente para que tu vida esté ordenada! Normalmente cuando se empiezan muchas cosas y no se acaba ninguna, cuando se siente que la mente se dispersa y que no sabes por dónde empezar nunca para mejorar las cosas… entonces hay que empezar estructurando tus días para abarcar a todo lo que necesitas.
Porque abarcar con todo no significa que en 24 horas tengas que realizar una interminable lista de tareas y hasta que no las hagas todas no te acuestes. No. No se trata de eso. De lo que se trata es de priorizar las actividades y tareas que realmente importan y hacer mañana o en otro momento aquellas que quizá, sí que puedan esperar. Todos tenemos 24 horas y que las aproveches bien depende de ti. De modo que te diremos cómo organizarse.
Podrás tener mejores resultados en menos tiempo y con menos cansancio, pero para ello, hay que ponerse manos a la obra. Lo que vamos a explicarte a continuación te servirá tanto para tu vida personal, profesional o académica. Así, con el tiempo empezarás a tener mejor bienestar físico y psicológico… eso sí, asegúrate de que el orden no se convierta en una obsesión.
No te pierdas todos los consejos que te vamos a dar a continuación para que tu valioso tiempo esté mejor aprovechado y descubras también todas las ventajas que tiene la planificación en tu día a día. Aprender a organizarse es una habilidad que puedes aprender y puedes conseguirlo, ¡solo debes querer hacerlo!
Elimina los distractores
La mejor manera de eliminar los distractores es evitarlos. Olvídate de ser multitarea y comienza a organizar las tareas. No hagas una sin haber acabado otra anteriormente. Si interrumpes una o saltas de una cosa a otra en poco tiempo, a tu mente no le habrá dado tiempo de centrarse en ninguna. Para ello, centra toda tu atención en lo que estás haciendo ahora y elimina los distractores e interrupciones.
Haz las cosas de forma continuada y de una sola cosa al mismo tiempo. Por ejemplo, si estás haciendo una actividad no leas correos ni atiendas mensajes de texto… Acaba primero lo que tienes delante y elimina cualquier cosa que en ese instante pueda romper tu concentración, ya que si se rompe, tardarás más en volver a concentrarte.
Lo urgente no es lo mismo que importante
Cuando pensamos que todo es urgente se nos olvida lo que realmente importa en la vida. Lo urgente casi siempre puede esperar y lo que es importante se debe priorizar. Por ejemplo, llamar a tu madre, cuidar tu salud haciendo ejercicio, salir a pasear por la naturaleza para recargar pilas o ir a ver a tu hijo a su obra de teatro, es lo realmente importante.
Lo urgente, como un informe que no puede esperar en realidad sí que puede… Pero si te organizas bien seguro que lo harás sin agobios dentro del tiempo estimado y también tendrás tiempo para lo que realmente importa.
Ten tu vida planificada con una agenda
Una agenda no podrá faltarte en tu vida, es fundamental no solo para organizarla, sino también para organizar tu mente. Lo mejor es que siempre vaya contigo y que sea en papel, evita las agendas electrónicas que si bien es cierto que parecen más cómodas, se conecta menos con la organización mental.
Apunta cualquier tarea que te vaya surgiendo, planifica los días de la semana e intenta que sea una agenda a semana vista para poder ver de una sola pasada las tareas semanales que tienes que llevar a cabo.
Si eres de las personas que prefiere la tecnología, aunque no es la mejor opción es mejor que nada y siempre puedes activar las notificaciones para que de esta manera no se te pase nada. Aunque la comodidad de la agenda electrónica juega una mala pasada a tu memoria, por lo que si trabajas el intentar acordarte de las cosas mirando tu agenda, mucho mejor.
Mirarla tres veces al día es lo ideal: una por la mañana para organizar tu día, otra al medio día para modificar lo que sea necesario y otra por la noche para organizar el día siguiente y hacer las modificaciones necesarias.
Cuando tengas que apuntar alguna tarea grande, hazlo en pequeños pasos para que sepas qué tienes que hacer en cada momento. No quieras abarcar más de lo que realmente puedes realizar.
Ten presente que habrá días en los que podrás rendir más que otros. Es decir, habrá días en los que podrás realizar más tareas que otros y no pasa nada. Prioriza lo realmente importante y lo demás, busca otro hueco en tu agenda para llevarlo a cabo y así lo organizas sin que se te quede en la cabeza.
Revisa y soluciona los problemas que te hayan surgido
En la vida es normal que vayan surgiendo problemas y cuando acabe un día o una semana, puedes revisar tu jornada y detectar los contratiempos que has tenido que lidiar. Si aún tienes problemas, dedica un tiempo en tu jornada para buscarles solución.
Piensa en los objetivos, si deberías reformularlos, si te faltaba energía, si priorizaste cosas que no debías, si tardaste más tiempo de la cuenta en hacer una tarea que pensabas que tardarías menos, etc. Una vez que detectes esos problemas, piensa la forma de solucionarlos para que, si se presentan de nuevo, puedas solventarlos mejor y de una forma más efectiva.
Y recuerda, cuando debas realizar una tarea, no pienses en “tengo que hacer”, cambia tu diálogo interno por “me gustaría tener lista la cena antes de las 8” o “me encantaría que mi dormitorio esté limpio esta tarde”. Son cambios sutiles en el diálogo interno que permitirán que dejes de procrastinar tu tiempo y que lo aproveches con mayor energía y confianza en ti y en tu capacidad de organización y de hacer las cosas bien.
Muchas gracias, es un útil aporte para el crecimiento personal