La mayoría de la gente sabe que no dormir lo suficiente trae consecuencias como mal humor, pero una reciente investigación concluye que además podría afectar al peso. Un estudio realizado por las Universidades de Tübingen y Lübeck en Alemania y en la Universidad de Uppsala en Suecia, demuestra que las personas que están privadas de sueño son más propensas a tener hambre.
Los ensayos clínicos muestran que la mayoría de la gente consume alrededor de 300 a 500 calorías adicionales al día después de no haber dormido las suficientes horas; por lo tanto se estudia la relación entre las horas de descanso y el aumento de peso. Cuando estamos privados de sueño, nuestros centros de recompensa en el cerebro son muy activos, por lo que perdemos nuestra capacidad de evaluar y hacer buenas elecciones con respecto a los alimentos.
El Dr. Harrington, que encabeza la investigación, afirma que el vínculo entre el sueño y el aumento de peso se observó por primera vez en un estudio de 1970 que se llevó a cabo con enfermeras. En este estudio, en el cual participaron más de 70.000 enfermeras, se observó que cuanto menor número de horas dormían, mayor era su índice de masa corporal, y esta tendencia continuó durante el período de 15 años que duró el estudio.
Vídeo «Cómo adquirir una buena higiene de sueño
El director de la Clínica del Sueño de la Universidad de Canberra, Grant Willson, añade que las personas con problemas de sueño que no consultan con un profesional, ponen en significativo riesgo sus vidas. El 12% de los hombres mayores de 40 años que experimentan alrededor de 30 bloqueos en las vías respiratorias por hora, están en riesgo de muerte prematura. Incluso aquellos con 15 bloqueos por hora son tres veces más propensos de morir por enfermedades del corazón, derrame cerebral o en un accidente automovilístico.
Las dificultades para dormir suponen un riesgo para la salud. Después de comenzar un tratamiento adecuado con un profesional, se experimente una notable mejoría que incluso ayuda a obtener una mayor claridad mental que eleva la capacidad de pensar y, por consecuencia, la productividad.
Las fuentes de luz también son culpables de nuestra falta de sueño, según el Dr. Harrington, quien dijo también que dormimos una media de dos horas por noche menos que nuestros abuelos. La melatonina es nuestra hormona del sueño y tan pronto como se detecta luz brillante, desaparece. A menos que tengamos suficiente melatonina en nuestro sistema o proveniente de nuestro cerebro, se nos va a hacer muy difícil conciliar el sueño si estamos expuestos a fuentes de luz en nuestros momentos de descanso.