Si observamos a nuestro alrededor, nos damos cuenta, sin mucho esfuerzo que todo está permanentemente cambiando, nada ni en el medio natural ni cultural es estático, hay cambios que ocurre en forma más gradual que otros, pero todo, absolutamente todo, está en constante evolución.
De esta realidad no escapan las especies biológicas, las que para nosotros, para nuestro entender, porque así las hemos visto, así las hemos conocido y quizá se mantengan iguales durante el transcurso de nuestra vida, pero quienes se dedican a estudiarlas con seriedad y metodología científica, saben que cada una de las especies vivas que conocemos y están a nuestro alrededor, es el resultado de una serie de transformaciones y seguirá siéndolo, mientras exista vida en la tierra. Porque la vida es continua evolución Biológica.
Ahora bien, desde los primeros tiempos de la humanidad se ha especulado acerca de la inmensa variedad de organismos vivos que existen en la tierra y cabría preguntarnos ¿Qué mecanismos son los responsables de la diversidad de formas y funciones que adoptan las diferentes especies? O ¿cómo encajan los seres humanos en este gran escenario de la vida?
Miremos un poco en la historia
La mayoría de las ideas iniciales sobre el origen de la vida se relacionan con la magia o la religión. Algunos creían que los organismos se formaban a partir de materia orgánica inerte. Tales teorías de generación espontánea se remontan a la época de los filósofos griegos Anaximandro y Aristóteles. Para muchos parecía obvio, por ejemplo que las larvas de las moscas se generaran espontáneamente a partir de carne putrefacta. En 1861 el químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur desarrollo definitivamente la teoría de la generación espontánea.
A través de los siglos la religión ha tenido una influencia determinante en la visión del mundo de las sociedades: los creyentes consideraban la creación de los organismos como un acto de su Dios o dioses particulares. Las sociedades judeo-cristianas, por ejemplo aceptaban la veracidad del real de la creación, tal y como está escrito en el génesis, del antiguo testamento. Esta creencia conocida como creacionismo, sostiene que las diferentes especies de organismos vivos fueron creadas por Dios, en su forma actual, y que esta no puede cambiar. Hasta aproximadamente mediados del siglo XIX la mayoría de los científicos aprobaban este enfoque, y actualmente muchos cristianos todavía se aferran a la veracidad literal del génesis. Sin embargo, la opinión científica ha cambiado a la luz de algunos notables descubrimientos realizados por naturalistas y geólogos a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Hacia la década de 1730 el naturalista sueco Carolus Linnaeus ( Carlvon Linné) en español Linneo, había emprendido su innovadora tarea de identificar las afinidades entre diferentes especies ordenándolas sistemáticamente por grupos
(Taxonomía) esto condujo a que se observara con mayor atención las similitudes que existen entre ciertas especies. Los estudios anatómicos comenzaron a revelar como unos organismos a primera vista muy diferentes, pueden compartir determinadas características estructurales suscitando la especulación sobre algún tipo de parentesco o relación de origen entre ellos.
La huella geológica
Los geólogos descubrieron que las rocas contenían diversas capas (estratos), formadas en diferentes periodos. Estos estratos rocosos databan de mucho antes de cualquier fecha establecida por la iglesia para la creación del mundo.
Algunos estratos contenían restos fósiles de animales y plantas que habían vivido durante el periodo en que la roca se estaba formando: muchos de estos fósiles pertenecían a organismos desconocidos en el mundo contemporáneo. En fósiles de estratos sucesivos se podían distinguir unas semejanzas estructurales que representaban a organismos que habían vivido en periodos sucesivos del pasado. Cuanto más antigua eran las rocas en las que se encontraban, tanto más simples y primitivas eran las formas de vida.
Todo esto sugería que los organismos de la actualidad provenían de formas de vida primitiva, que habían experimentado un proceso de cambio gradual, o sea una evolución biológica
Teorías de la evolución
Al principio no fue tan sencillo que el mundo aceptara las evidencias de la evolución, a pesar de ser palpables. Durante mucho tiempo, la iglesia, sin argumentaos ni pruebas validas validos pata negar, el hecho del registro fósil, y propuso que Dios había colocado fósiles en las rocas durante la creación con la finalidad de probar la fe de los creyentes.
Erasmus Darwin, médico, filósofo y poeta británico, fue el autor de una de las primeras teorías de la evolución. Erasmus Darwin proponía que la vida se había desarrollado a partir de una única fuente, y describía la importancia de la lucha por la vida y de la selección sexual como mecanismo de cambio evolutivo. Muchas de sus ideas influyeron en su nieto, el naturalista Charles Darwin, cuya propia teoría de la evolución causo un impacto duradero en la Biología. Sin embargo, el autor de la primera teoría de la evolución verdaderamente general es el naturalista francés Jean- Baptiste de Lamarck.
Jean- Baptiste de Lamarck
Jean- Baptiste Pierre Antoine de Monet, caballero de Lamarck, fue una figura respetada pero controvertida. Se le atribuye haber dado el nombre a la ciencia de la “Biología” y fue el autor popular del estudio sobre la flora de Francia. También redacto un tratado en siete volúmenes sobre “invertebrados·, término que introdujo para describir a los animales sin columna vertebral. Su interés se extendió a otros campos, incluyendo la geología y el estudio de los fósiles paleontología, y aunque inicialmente creía que las especies permanecían sin cambio en la década de 1790 se convirtió a la creencia de la evolución biológica.
Lamarck, se convenció de que los organismos al evolucionar se hacían cada vez más complejos. También concluyo que las especies fósiles, supuestamente extintas no habían desaparecido, sino simplemente habían evolucionado a formas más modernas y que el la evolución biológica era un proceso gradual. Lamarck aportó a la creencia de que las estructuras corporales se fortalecen y se desarrollan por su repetida utilización, y que las partes poco utilizadas se debilitan o decrecen: la hipótesis del uso y el no uso De manera parecida acepto que estos caracteres adquiridos durante la vida de los organismos pueden ser transmitidos a su descendencia.
Una ilustración popular de este hecho es el largo cuello de la jirafa. Según la hipótesis de uso o no uso, los esfuerzos de las jirafas por alcanzar las hojas de las ramas altas provocarían el estiramiento del cuello y su descendencia heredaría este carácter adquirido y tendría por ello cuellos ligeramente más largos. Así a través del tiempo y de muchas generaciones habría evolucionado una población de jirafas de cuello largo.
Lamarck publicó su teoría de la evolución en Filosofía Zoológica y fue muy criticado. Su nombre permanece ligado de modo, más bien injusto a la desacreditada noción de herencia de caracteres adquiridos, denominada lamarquismo.
Incluso Charles Darwin propuso un mecanismo de herencia parecido, que llamo pangénesis. Sólo el redescubrimiento, en 1900, de los experimentos genéticos pioneros de Mendel haría aparecer una imagen de la herencia más precisa.
Actualmente se sabe que los caracteres heredados de sus progenitores por la prole se adquieren en el momento de la fecundación, o sea que se transmiten, en forma de genes, por el ADN del esperma y del ovulo de los organismos paterno y materno y esto no se ve afectado por la posterior forma de vida de dichos organismos. Aunque el ADN puede ser alterado por varios tipos de mutación y por diversos factores ambientales, como la radiación ionizante, no puede serlo por el modo en que se comportan los organismos.
Darvinismo
En 1858, el naturalista británico Alfred Russel Wallace envió a Darwin un texto titulado sobre la tendencia de las variedades a desviarse indefinidamente del tipo original, basado en sus estudios sobre la fauna del archipiélago malayo, actual indonesia. Este científico había observado que estas especies asiáticas. Estaban más avanzadas, en términos evolutivos que las australianas y sugirió que habían evolucionado después de que los dos continentes se separaran.
Darwin se sorprendió al comprobar que Wallace, fue leída ante la sociedad linneana de Londres, pero ni Darwin ni Wallace estuvieron presentes y la ocasión suscito poco interés.
En noviembre de 1859 Darwin publico el origen de las especies por medio de la selección natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida. En este libro Darwin reconocía que Wallace había llegado casi exactamente a las mismas conclusiones generales que yo sobre el origen de las especies.
La teoría darwiniana de la selección natural, se resume en los siguientes puntos:
- Entre los individuos de cualquier especie se pueden encontrar variaciones en la forma, tamaño, color, entre otras, de muchas de sus características.
- Las especies que se reproducen sexualmente, tienen muchas más crías de las que se necesitan para mantener el número de individuos de la población.
- Como promedio, cualquier individuo tiene sólo escasas probabilidades de sobrevivir hasta alcanzar la madurez sexual.
- Esta probabilidad de supervivencia puede ser mayor si el individuo posee determinadas características de tamaño, forma, color, entre oras que lo convierten en mejor adaptado a su entorno. Se dice entonces que tiene una ventaja selectiva sobre sus semejantes.
- Los individuos que están mejor dotados para sobrevivir en su entorno hasta su madurez sexual tendrán mas posibilidades de procrear transmitir a su prole las características favorables.
- A la inversa aquellos individuos cuyas características les confieren menos probabilidades de sobrevivir hasta su madurez sexual tendrán una prole menor y menos posibilidades de transmitir sus características.
- Tras muchas generaciones el número de descendientes con características favorables aumentara y el número y el numero con características menos favorables disminuirá.
El libro de Darwin causo escándalo, y su autor fue censurado por tradicionalista. Una de las principales objeciones a la teoría de Darwin era que implicaba la ausencia de cualquier diferencia fundamental entre los humanos y los animales “inferiores”, según Darwin los humanos estaban simplemente más evolucionados que otros primates como los lémures, los monos y otros simios. En la época, en la época esta idea estaba en contradicción con los principios religiosos básicos.
Sin embargo, Darwin fue enérgicamente apoyado por un grupo importante de científicos de la época. Las ideas de Darwin prevalecieron y finalmente lograron una adaptación generalizada. En la actualidad es una idea mayoritariamente aceptada que el hombre actual (homo Sapiens) evoluciono a partir de antecesores parecidos a los monos.
La selección natural
La dificultad del estudio de la selección y evolución natural en las especies más vivas estriba en la naturaleza muy gradual del proceso. Sin embrago algunas características que afectan a la probabilidad de supervivencia pueden cambiar rápidamente: la evolución no tarda necesariamente miles de años. Por ejemplo, las especies amenazadas por depredadores pueden evolucionar de manera relativamente rápida, por selección natural, para disminuir la amenaza de ser apresadas.
La selección natural se estudia más fácilmente en los organismos de tiempo generacional corto. Las bacterias por ejemplo, pueden tener un tiempo generacional de tan solo 20 minutos, de manera que la selección natural puede producir en estos organismos unos cambios importantes en un periodo de tiempo relativamente corto.
Teoría moderna
La versión moderna de la teoría de Darwin, el neodarwinismo, también conocido como síntesis moderna o teoría sintética, integra los conocimientos del siglo xx en genética y campos afines con las ideas originales de Darwin. Las investigaciones sobre cómo se comportan los genes en poblaciones de organismos y estudios actuales sobre la evolución han reafirmado la importancia de la selección natural. En Paleontología este planteamiento sintético ha proporcionado información sobre ritmos de evolución bilógica a lo largo del tiempo geológico.