Origen de la pasión y creatividad: cerebro, historia y práctica

  • Pasión y cerebro: la motivación activa circuitos emocionales y redes creativas distribuidas.
  • Historia plural: de la inspiración divina a un enfoque multidimensional con Gestalt y Psicoanálisis.
  • Organizaciones: la motivación intrínseca, el flow y el liderazgo empático sostienen la innovación.
  • Emociones y hábitos: regular el estrés, cultivar intuición y observar con mente abierta impulsa ideas viables.

imagen sobre origen de la pasión y creatividad

¿Existe un secreto para la grandeza? ¿Hay alguna característica que une a las personas más exitosas de la historia? La respuesta es simple: Sí, y es la pasión.

Esto es algo que hemos oído varias veces pero muy pocas personas entienden lo que implica la palabra pasión. Dicha palabra deriva del verbo en latín, ‘patior’, que significa sufrir o sentir: la pasión es lo que te incita a perseverar en algo a pesar del miedo, tristeza o dolor. Es la determinación y motivación lo que nos permite avanzar a través del sufrimiento para alcanzar nuestro objetivo final. Además, este tipo de motivación tiene un origen en el cerebro.

creatividad y cerebro

Un estudio publicado en el Journal of Neuroscience ha identificado las regiones del cerebro que se activan durante los estados de motivación, éstos son el estriado ventral y la amígdala, que son conocidos como el centro emocional del cerebro. Los investigadores observaron que el estriado ventral se activa en proporción al grado de motivación experimentado: cuanto mayor sea el grado de motivación, mayor es el nivel de activación.

Además de estos centros emocionales, la creatividad no “vive” en un solo hemisferio: participan redes distribuidas que integran memoria, atención e imaginación. La ciencia actual distingue entre inteligencia y creatividad: se relacionan pero no son lo mismo, y un alto cociente intelectual no garantiza originalidad, ni la originalidad exige un CI excepcional.

Así que esa sensación de intensa creatividad y euforia al participar en algo que realmente nos motiva es de origen fisiológico y ocurren verdaderas alteraciones dentro de nuestro cerebro. Este es uno de los aspectos menos investigados de la psicología, sin embargo, tiene un gran impacto en nuestra vida diaria. La motivación no se limita únicamente a ponerle energía al trabajo, sino que también nos permite cambiar por completo la percepción de todo lo que hacemos.

Según el concepto de la neuroplasticidad, es posible crear la motivación, y el arte de encontrar la pasión en la vida está enteramente ligado a ciertas acciones y comportamientos que se enumeran a continuación:

Encontrar algún tema con el cual se tenga una afinidad natural y establecer algo de tiempo para disfrutar de esa actividad.

Rechazar la complacencia y trabajar en explorar nuevas posibilidades, manteniendo el reto de mejorar constantemente.

Realizar preguntas. En la ciencia de la automotivación está demostrado que al realizar una pregunta, las personas son más propensas a reflexionar sobre lo que significa la actividad para ellos y, así, construir su motivación y obtener mejores resultados.

Vídeo: «Pensamientos cortos de motivacion»

Hay muy pocas personas en este mundo que rechazarían la idea de éxito y satisfacción. Como se dice comúnmente, únicamente se puede tener éxito haciendo lo que amamos. La ciencia es simple: cuando disfrutas de algo, tienes una tendencia natural a trabajar en ello y ser mejor día a día. De esta manera se construyen con eficacia nuevas conexiones neuronales que se multiplican a medida que se continúa trabajando.

La incertidumbre creadora y la mente alerta

atención y observación para la creatividad

La creatividad florece cuando cultivamos observación fina y una atención despierta. Las personas imaginativas cuestionan los “mapas” mentales aprendidos que encorsetan la mirada: esas categorías viejas que prometen salidas, pero solo repiten rutas. Entrenar la alerta, aceptar la incertidumbre y mirar desde ángulos nuevos abre grietas por donde entra lo original.

Este estado mental no es agitación, sino apertura sin tensión: conciencia que registra el mundo cambiante y se permite dudar. Cuando soltamos certezas, la mente deja espacio a lo inesperado y la imaginación encuentra un terreno fértil.

Como recuerda una anécdota educativa ampliamente citada, mirar dos veces el mismo hecho desde lugares distintos evita conclusiones apresuradas. La alerta creativa cultiva ese “ver de nuevo”.

Intuición y caminos de pasión creadora

intuición y pasión creadora

Junto a la atención despierta aparece la intuición, esa guía sutil que muchos describen como “susurro del alma”. No es magia: es una lectura holística del contexto que se alimenta de experiencia y sensibilidad. Quien crea desde la intuición regresa una y otra vez al objeto, como el fotógrafo que vuelve a la catedral en distintas horas, suspendiendo el juicio para dejar que el significado emerja sin prisa.

Cuando la mente se aferra de nuevo a lo conocido, la intuición se apaga. Por eso, mantener pasión por explorar y una relación curiosa con el tema sostiene el flujo de ideas. La pasión no es solo emoción intensa: es compromiso sostenido con una búsqueda.

pasión y creatividad en acción

Ver con otros ojos: la ‘no’ pipa de Magritte

Obras como la célebre “Esto no es una pipa” invitan a cuestionar lo que damos por sentado. La creatividad gana potencia cuando distinguimos representación y realidad, y cuando entendemos que lo que vemos es una construcción. Cambiar de marco mental reconfigura el problema y habilita soluciones novedosas.

  • El texto no es el objeto: invita a pensar el lenguaje que usamos.
  • El dibujo tampoco es la cosa: es una forma en un soporte.
  • Ambos son mediaciones: comprenderlo libera la mirada.

Imaginación siempre despierta y unidad mente-cuerpo

El mundo cambia sin cesar; por eso conviene educar una mente abierta y versátil, no rígida y dogmática. Grandes tradiciones han defendido la unidad entre cuerpo y pensamiento; separar en exceso mente y materia empobrece nuestra comprensión de cómo sentimos, decidimos y creamos.

Una mirada alerta genera respuestas no condicionadas. También nos recuerda el poder del lenguaje y de los símbolos, capaces de nutrir o herir. En el trabajo, las tareas repetitivas pierden terreno; lo que crece en valor es la capacidad creativa para adaptarnos y aportar significado.

Historia y enfoques científicos de la creatividad

Desde la Antigüedad se explicó la creatividad como inspiración divina. En tradiciones helenas, el creador aparecía “poseído” por musas, como si fuese un recipiente. En la Edad Media predominó la orientación teológica de la obra y hasta se renunció a firmarla para subrayar su carácter devocional. Con el Humanismo, el autor recuperó su agencia y surgió el debate sobre herencia y entorno.

Con el tiempo, pensadores como Huarte de San Juan exploraron diferencias individuales y William Duff distinguió genio innovador de talento sin novedad. También aparecieron posturas como la de Kant, que subrayó rasgos innatos. Paralelamente, el impulso científico reforzó la confianza en el esfuerzo mental para resolver problemas.

Más tarde, se consolidaron miradas empíricas: Galton puso el foco en la variación individual, la libre asociación y el uso de estadística, puente entre lo especulativo y lo medible. Durante el auge conductista, el estudio de la creatividad se redujo, pero Psiocoanálisis y Gestalt mantuvieron viva la pregunta: la Gestalt describió el insight como reconfiguración súbita del problema; el Psicoanálisis vio la obra como expresión simbólica de conflictos y deseos.

Hoy el enfoque es multidimensional: personalidad, cognición, contexto, genética, cultura y neurociencia convergen. La investigación abarca desde el individuo hasta lo social, con indicadores para ecosistemas creativos y ciudades, y no existe una definición única, señal de su riqueza.

historia y ciencia de la creatividad

Pasión, motivación y creatividad en las organizaciones

Numerosas investigaciones subrayan que la motivación es el motor de la creatividad. El Modelo Componencial de Teresa Amabile destaca tres pilares:

  • Destrezas del campo: dominio de la materia.
  • Destrezas creativas: estrategias y flexibilidad.
  • Motivación por la tarea: preferentemente intrínseca.

La motivación intrínseca —hacer algo por el placer de hacerlo— potencia la originalidad; la extrínseca puede apoyar en momentos bajos si no eclipsa el sentido. Autores como Gardner, Sternberg o Lubart remarcan que quienes logran obras distintivas sienten una vinculación profunda con su trabajo.

En gestión, se recomienda compartir el valor creado, diseñar entornos que cuiden la energía emocional y contratar por pasión y curiosidad. Ejemplos de cultura creativa incluyen retribuciones alineadas a ideas con impacto, espacios estimulantes y liderazgo que combina inspiración y disciplina. Marcas admiradas movilizan razón, afecto, intuición y deseo para conectar con usuarios.

En comunicación, la pasión auténtica refuerza el propósito y permite contar historias que atraen y fidelizan. Equipos apasionados piensan “fuera de la caja”, prueban y aprenden más rápido.

Flow, felicidad y trabajo con sentido

El estado de flow descrito por Csikszentmihalyi aparece cuando el desafío y la habilidad se equilibran: perdemos la noción del tiempo, desaparecen distracciones y sentimos placer por la actividad. Este estado se puede entrenar ajustando objetivos, feedback y concentración.

La Psicología Positiva añade que cultivar emociones positivas, significado y fortalezas incrementa bienestar y productividad. En entornos con visión auténtica, la energía se organiza alrededor de una causa mayor y la creatividad se vuelve sostenible.

Emociones en el proceso creativo y cómo gestionarlas

emociones y proceso creativo

En la fase de inspiración, son frecuentes emociones agradables como amor, alegría o interés; también emergen matices como nostalgia o tristeza. Durante el trabajo cotidiano, asoman frustración, estrés y tensiones: obstáculos y crítica forman parte del camino. Estudios con artistas y profesionales de múltiples sectores muestran que quienes crean con frecuencia reportan altos niveles de interés y disfrute, conviviendo con dosis manejables de estrés.

La pasión es un recurso regulador clave y suele incluir:

  1. Deseo intenso por la actividad.
  2. Metas claras relacionadas con ella.
  3. Identidad vinculada al quehacer.
  4. Perseverancia ante los obstáculos.

Para sostener el esfuerzo conviene usar estrategias de regulación como pausas conscientes, reevaluación, ajustar objetivos o buscar apoyo social. El liderazgo empático y competente en lo emocional detecta el malestar, canaliza la insatisfacción hacia mejoras y ofrece contextos seguros para experimentar.

También conviene desterrar mitos: la idea de que la creatividad “solo” pertenece al hemisferio derecho simplifica demasiado el fenómeno. La evidencia apunta a redes colaborativas entre sistemas emocionales, ejecutivos y de memoria que se coordinan cuando imaginamos, evaluamos y materializamos ideas.

Tecnología, cocreación y liderazgo del cambio

La tecnología es un medio, no el fin: primero se entiende el problema con mirada creativa y luego se elige la herramienta. La cocreación con usuarios acelera el ajuste de valor y transforma la relación marca-persona. Organizaciones que combinan cantera (talento), cartera (inversión creativa) y ciudadanía (ecosistemas) ganan resiliencia.

La creatividad también se nutre de fricción constructiva: el desacuerdo bien gestionado abre rutas disruptivas. Quienes ejercen oficios creativos suelen encontrar chispas en estados de relajación y asombro —un paseo sin rumbo, el mar en calma— y en la curiosidad por las personas. Liderar el cambio exige narrativas nuevas: hoy las marcas son, en gran medida, creadoras de relatos que inspiran acción.

Pasión, cerebro emocional y hábitos de observación convergen para encender la creatividad: cuando combinamos motivación intrínseca, intuición entrenada, manejo consciente de emociones y contextos que facilitan el flow, la novedad deja de ser un accidente y se convierte en una práctica deliberada con impacto.